POR: ROICE ZEBALLOS RIVADENEIRA    

Este 01 de octubre, en nuestro aniversario, es un día de mucha reflexión y profunda meditación sobre el rol que nos corresponde cumplir a los periodistas ante la sociedad y el país. Una tarea a veces incomprendida, que, según mi punto de vista, debe estar ceñida a los códigos de ética de nuestro colegio profesional, resumidos en la frase: «Libertad para la verdad y responsabilidad en la expresión».

Decía «RACSO» (Don Aurelio Miró Quesada, exdirector de El Comercio): «El periodismo puede ser, ‘la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios'». ¡Cuánta razón tenía! Y ese legado cobra hoy más vigencia que nunca.

ALGO DE HISTORIA

Haciendo un recordatorio, celebramos el Día del Periodista en memoria de la aparición del primer diario en el Perú. En 1790, circuló por primera vez el «Diario de Lima», fundado por el español Jaime Bausate y Meza. Hoy, la universidad que forma a los jóvenes periodistas lleva su nombre.

Desde esa época, la prensa peruana ha experimentado una serie de avances y cambios sustanciales. Una metamorfosis que llegó con los diarios La Prensa, El Comercio, El Clarín y La Tribuna, que circularon hace casi dos siglos. En sus viejas rotoplanas y tipos de impresión de la época, significaron todo un trabajo de hormiga.

AVANCES Y TECNOLOGÍA

La tecnología siempre ha estado al servicio de la prensa. Hace ya medio siglo, aparecieron modernas rotativas de gran tiraje, el fax, telex, las microondas, etcétera. Las antiguas máquinas de escribir fueron reemplazadas por las computadoras, y las cámaras fotográficas a rollo por digitales. Atrás quedaron los traqueteos en las redacciones de los diarios, y poco a poco se globalizó la comunicación.

Hace 25 años aparecieron los primeros celulares, y el Internet, que revolucionó no solo el periodismo, sino también otras profesiones. Hace una década, surgieron los celulares inteligentes con cámaras incorporadas, bases de datos y todos los aplicativos que protagonizaron otra revolución en las comunicaciones, hoy de uso necesario y vital en el trabajo y desempeño de los periodistas.

SEUDOPERIODISTAS

Es lamentable mencionar que muchos personajes «fingen» ser periodistas y han invadido esta profesión. Algunos compran espacios en radioemisoras y, sin ser periodistas, usan los micrófonos para esconderse e insultar, llegando incluso a mancillar honras ajenas. Esa es otra tarea pendiente del Colegio de Periodistas, que debe erradicar a esos seudoperiodistas, quienes, amparados en la libertad de expresión que consagra nuestra Constitución, convierten a la prensa en un libertinaje.

ERA ACTUAL

En la era actual, las redes sociales, las páginas web y otras plataformas digitales permiten difundir contenidos, incluso en transmisiones de radio y televisión virtuales. Estas herramientas representan otra fuente de información para los periodistas, aunque a veces son distorsionadas y, en muchos casos, mal utilizadas, especialmente en redes sociales.

Rendimos homenaje a los periodistas que adelantaron su partida, elevando una plegaria al Divino Hacedor por su eterno descanso. Saludamos a las actuales y nuevas generaciones de periodistas, quienes serán el futuro de la prensa peruana.

IRRESTRICTA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Que nunca se pierda la esencia del periodismo. Junto a sus principios, debe estar la defensa irrestricta de la libertad de expresión, por encima de todo. El periodismo, llevado dentro del marco de la ley y la ética profesional, no debe ejercerse para agradar a nadie.

Los delitos a todos los niveles, los actos de corrupción, el mal manejo presupuestal, las acciones gubernamentales y los actos contrarios al estado de derecho han sido, en su mayoría, de conocimiento público gracias al periodismo y a los medios de comunicación. Es común observar que ha sido la prensa quien, a veces, ha hecho lo que le corresponde a la fiscalía o a la PNP. Basta echar un vistazo a los recientes destapes de corrupción, que han sido posibles gracias a la prensa independiente de investigación.

Sin embargo, cuando este requisito indispensable se vulnera, el periodismo pierde su esencia, porque sin libertad de expresión jamás puede ser entendido el periodismo.