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11 octubre, 2024 12:58 pm

El monstruo nace o se forma

Todos heredamos una carga genética de nuestros antepasados, pero el entorno en el que crecemos determina en gran medida el desarrollo de nuestra mente.

POR: TERESA PÉREZ TORRES    

La inspiración para escribir este artículo surge de una película que aborda un tema fundamental: la complejidad de la mente humana y las dificultades para comprenderla, así como los factores que pueden desencadenar trastornos y comportamientos problemáticos. ¿El monstruo nace o se forma? ¿Qué papel juega el entorno familiar en la salud mental de una persona?

Es crucial informar a los adolescentes sobre cómo el alcohol y las drogas afectan su cerebro. Muchos desconocen su carga genética y, en muchos casos, el entorno familiar no ofrece el apoyo necesario, convirtiéndolos en adultos con problemas que dañan a otros y, en consecuencia, a la sociedad misma, que no evoluciona de manera saludable.

No valoramos adecuadamente el cuidado psicológico de nuestros niños y a menudo descuidamos crear un entorno familiar saludable, vital para que estos pequeños se conviertan en adultos productivos y equilibrados. La naturaleza humana es compleja: todos llevamos en nosotros una mezcla de bondad y maldad, influenciada por nuestra genética y nuestro entorno. Cuando a esto se suma el consumo de alcohol o drogas, el lado oscuro puede aflorar. Es común escuchar que alguien tiene “un mal beber”, y es cierto que la carga genética juega un papel importante, activada por sustancias como el alcohol y las drogas. Por eso, es esencial conocer su impacto.

Todos heredamos una carga genética de nuestros antepasados, pero el entorno en el que crecemos determina en gran medida el desarrollo de nuestra mente. La sociedad tiende a preocuparse más por las apariencias que por el bienestar interior; sin embargo, una comunidad psicológicamente sana es mucho más valiosa que una que solo se preocupa por lo superficial.

¿Cuántos niños asisten a terapia por problemas escolares o conductuales? A menudo se les etiqueta como «niños problemáticos», cuando en realidad sus dificultades suelen tener raíces en un hogar donde se producen discusiones, insultos o violencia en presencia de ellos. Es fundamental abordar estos problemas en su origen para fomentar un desarrollo saludable.

Análisis & Opinión