POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)
Hay fechas históricas, que, por su significado muy hondo, no solo se registran en los anales de la Historia, sino que se quedan para siempre en la memoria colectiva de todas las generaciones, que al paso del tiempo siguen trasmitiendo la lección aprendida, y engarzan los nombres notables, en la mente de las nuevas generaciones, como el nombre de Rosa Merino, la soprano que interpretó por primera vez el Himno Nacional del Perú, y que falleciera un primero de enero de 1868. Uno de sus hijos fue senador por Moquegua entre 1864 y 1868.
En 2019, visitando nichos de piuranos trascendentes, en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima, con Luis Ernesto Mendoza Ramírez, presidente de la Asociación Cultural Tallán, encontramos en el camino, el nicho de Rosa Merino, a quien, con toda seguridad, de no ser por los tiempos de pandemia, habríamos ido a llevar unas flores, recordando a esta peruana notable que flota dentro de la historia del Perú.
Los rasgos de su vida los hemos extraído de su biografía publicada en internet, y en la Enciclopedia Ilustrada del Perú de Alberto Tauro del Pino, en la que se señala como fecha de fallecimiento, el 13 de enero de 1868, y no el primer día del mes. En el árbol genealógico del presidente Manuel Antonio Arenas Merino, su hijo publicado por Raúl Antonio Alvistur Trigo, señala que el deceso fue el 1 de enero de 1868.
Lo cierto es que la fama de la recordada soprano, fue anterior a la de su interpretación del Himno Nacional del Perú, gozando de un temprano prestigio desde 1812, cuando integraba la Compañía Lírica de Andrés Bolognesi. Poco después de la proclamación de la independencia del Perú, y ante la convocatoria que hiciera el general San Martín, para dar una canción patria al Perú, fue ella quien interpretó el Himno Nacional.
La ceremonia oficial fue el 23 de septiembre de 1821, en presencia del general San Martín, en acto llevado a cabo en el Teatro Nacional, desde entonces su nombre estuvo destinado a quedarse para siempre en la historia, al lado del de José Bernardo Alcedo, y de José de la Torre Ugarte, cada vez que se hable del Himno Nacional del Perú.
Rosa Merino fue casada con el médico cirujano español Francisco Agustín Arenas, con quien procreó a su hijo Manuel Antonio Arenas Merino, quien llegó a ser gobernante del Perú en 1884-85, al asumir la Presidencia del Consejo de Ministros y encargado del Poder Ejecutivo, como hemos leído en su biografía publicada por Diego Lévano Medina, el año pasado, en el libro presidentes y gobernantes del Perú Republicano, editado por la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Manuel Antonio Arenas Merino, el senador por Moquegua, abogado de profesión, nació en Lima, el 13 de julio de 1808 estudió en el Convictorio de San Carlos, del que posteriormente fue rector. Fue decano del Colegio de Abogados en 1855; y antes de ser senador por Moquegua, fue diputado por Lima. Sus intervenciones ejerciendo ambos cargos, se encuentran en los Libros de Debates de la Cámara de Diputados, y de la Cámara de Senadores, de 1858 a 1862, y de 1864 a 1868, respectivamente.
La carrera del ilustre representante por Moquegua lo llevó a cargos tan importantes como el de senador por Lima, Vocal de la Corte Suprema de Justicia, y su presidente en 4 períodos; fue postulado a la Presidencia de la República en 1872, representó al Perú en el Congreso de Juristas de Lima en 1877, integró la Asamblea Constituyente donde se debatió sobre el tratado de Ancón en 1884, entre otros cargos. En el Congreso defendió los intereses de los moqueguanos.
