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Zenón Cuevas: ¿está en decadencia la vergüenza?

“Damas y caballeros, estos son mis principios. Si no les gustan tengo otros” – Groucho Marx

POR: CESAR CARO JIMÉNEZ    

¡Sí…! Pero para tranquilidad del profesor Cuevas, cabe recalcar que su actuar, los allanamientos, las sospechas y los presuntos actos de corrupción poco o nada le importan al grueso de la población más preocupada en la clasificación al mundial de futbol y en los dimes y diretes y cuernos de la farándula nacional. Proceder y trivialidad que pareciera estar en el ADN nacional, a tal punto que Gonzáles Prada escribió allá por 1908: “El pueblo, la masa nacional, permanece en la más estólida indiferencia. Gobierne quien gobernare, nada le importa; sobrevenga lo que sobreviniere, poco se le da; todo lo sufre, todo lo acepta. El Perú, como infeliz mujer encadenada al poste de un camino real, puede sufrir los ultrajes de un bandolero, de un imbécil, de un loco y hasta de un orangután”.

Y si bien es cierto, que tanto Cuevas, como López Aliaga, como Pedro Castillo y otros tantos son, –guardando las distancias, su lugar, formas y rasgos psicológicos–, son monstruos frankenstianos, forjados y formados en nuestra sociedad, la cual podría decirse que está ensamblada a partir de viejas partes de otros cuerpos y caricaturas ideológicas e institucionales, en la cual priman la hipocresía y la mediocridad.

Aspectos a los cuales no escapa don Zenón, quien enarboló para “llegar y tener poder” banderas de “izquierda”, con una serie de propuestas plasmadas en un documento denominado “Plan de Gobierno Regional Moquegua 2019-2022”, que ha sido letra muerta en todo el tiempo que funge de Gobernador Regional, sobre todo en lo que respecta a los Principios y Valores que prometía cumplir, a tal punto que no puedo dejar de sonreír ante el comentario de un buen amigo: “Zenón se preciaba a nivel privado de ser marxista. Y claro que lo es: pero ojo, se refería a Groucho y no a Karl”.

Por ello, explicable que su gestión sea una gran tomadura de pelo, porque de todo lo prometido, prácticamente en nada ha cumplido, a tal punto que podríamos decir que estos años son perdidos, a pesar que puede aducir que su nivel de ejecución es alto, pero no se trata de gastar por gastar, en mantenimiento o maquillaje, sino en proyectos de envergadura o en obras para dar mayor calidad de vida a todas las provincias de la región con énfasis en brindar servicios básicos, sobre todo a las comunidades alto andinas del departamento.

Y aquí me permito recordarle algunos párrafos de una nota que escribí en setiembre del año pasado, cuya vigencia es indudable: “–y por favor, no se refugie en la pandemia producida por el COVID 19–, porque la misma no tiene nada que ver con su personalidad que en líneas generales es errática, desconectada de la realidad e impulsada ante todo por el temor al poder y a los poderosos de turno antes que por la pasión de los ideales y el amor al terruño, siendo además incapaz de trabajar en equipo y fomentar la aparición de nuevos líderes. ¡Pero eso sí! A la hora de viajar está presto a hacerlo al margen de que los periplos sean útiles para el bien común.  Por ejemplo: ¿Qué utilidad tuvo para Moquegua su viaje al Canadá?” …Y además me permito preguntarle, considerando que usted prometió trasparencia: ¿cuánto tiempo se ha ausentado de Moquegua en viajes de comisión? ¿cuánto ha significado económicamente dichos viajes y ausencias? Y lo principal ¿cuáles han sido los logros?

Empero, sé que estás preguntas no tendrán respuesta. Sé también que las mismas serán ninguneadas porque lamentablemente, varias instituciones, (léase colegios profesionales) y medios, (léase medios de difusión); depende en grado sumo del financiamiento, trabajos, obras, etcétera del sector público, quien tiene un indudable poder, determinando o minimizando quién controla, quién acusa y quien sanciona a quién, tanto en nuestra región como en el resto del país.

Por lo que sería muy ingenuo de mi parte, pedirle a Don Zenón que, en una muestra de amor a Moquegua, coherencia intelectual, reconocimiento de su manifiesta incompetencia, principios éticos y dignidad, renuncie a continuar en el cargo de Gobernador Regional. Lamentablemente, la grandeza, ese afán de aspirar a algo grande, de huir de la mediocridad y ser un ejemplo moral ha sido reemplazada por la falta total de vergüenza.

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