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Ya es hora, profesor

Por: Mauricio Aguirre Corvalán     

Quedan ocho días para que Pedro Castillo asuma la presidencia. Una semana para que inicie un nuevo mandato gubernamental, y la incertidumbre de lo que será su gobierno sigue siendo mayúscula. Se ha especulado con muchos nombres como futuros ministros, e incluso se habló de Roger Nájar Kokally como primer ministro. Nájar fue el coordinador del Plan del Bicentenario presentado por Castillo en la segunda vuelta y según el programa Panorama de Panamericana TV tiene un pasado en la izquierda radical cercana al MRTA.

Pedro Castillo ha dicho en su cuenta de Twitter que se trata de especulaciones, y que anunciará nombres una vez sea proclamado por el Jurado Nacional de Elecciones. Es verdad que la baraja de candidatos para ocupar ministerios es casi una tradición al inicio de un nuevo gobierno, y lo mejor es esperar la confirmación por parte del propio presidente electo, pero también es cierto que, a una semana del cambio de gobierno, ya no podemos estar dependiendo de las trampas del fujimorismo que buscan retrasar la proclamación hasta casi el infinito.

Quizá sea una buena decisión de Pedro Castillo esperar la proclamación para anunciar el equipo que lo acompañará en el inicio de su gobierno, pero su silencio en estas semanas respecto de cuáles serán las principales líneas matrices de su gestión si es un problema. El próximo presidente debe ser consciente en las condiciones que recibe el gobierno, lo que hace aun más urgente la necesidad de conocer los caminos por donde considera debe transitar el país en los próximos cinco años.

Hasta ahora, sus pocos mensajes han sido contradictorios. Por un lado, pidió públicamente que Julio Velarde siga al frente del Banco Central de Reserva, como una muestra de su apuesta por la estabilidad económica, pero por el otro, insiste en una asamblea constituyente que tiene como objetivo caminar hacia un Estado empresario y muy regulador de la economía.

Su vocero en temas económicos, Pedro Francke, ha dado declaraciones públicas donde de alguna manera ha esbozado cual será el rumbo económico del nuevo gobierno, pero más allá de eso no hay definiciones concretas en temas cruciales como la relación con su bancada en el Congreso, la posibilidad o no de generar un gobierno de concertación y, sobre todo, que tan cerca o lejos piensa colocarse del ala más radical de Perú Libre que apuesta por el Ideario marxista de Vladimir Cerrón.

Ya no estamos en campaña electoral, tenemos un país muy polarizado con una derecha radical que buscará sacarlo del gobierno sea con buenas o malas artes, y valgan verdades, la tesis de que el país está dividido en dos no es tan cierta. Pedro Castillo debe tener claro que no tiene el respaldo de la mitad del país. Una gran mayoría de quienes votaron por él en segunda vuelta lo ven con ojos vigilantes y con una gran dosis de incredulidad. El antifujimorismo que le permitió llegar a Palacio de Gobierno no es una firma de adhesión. Al contrario, puede convertirse en un desencanto en el muy corto plazo.

Hacia mitad de semana el Jurado Nacional de Elecciones proclamará a Pedro Castillo y no quedarán más argumentos para retrasar anuncios definitorios sobre el rumbo que le imprimirá a su gestión. Los tiempos apremian para el próximo presidente y sobre todo para la marcha del país.

Ya es hora, profesor. Hay que decidir. No se puede recorrer todos los caminos a la vez.

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