POR: DR. PHD. JAVIER FLORES AROCUTIPA
Según estudios del Consorcio de Universidades, poseer un título universitario incrementa en un 30 % los salarios de los trabajadores. Este dato subraya «la importancia de la educación superior no solo como un vehículo para el desarrollo personal, sino también como un factor clave para mejorar la competitividad laboral y la economía del país».
La importancia de poseer un título universitario para mejorar las remuneraciones y la estabilidad laboral está respaldada por múltiples estudios científicos. Según un informe del Georgetown University Center on Education and the Workforce, los titulares de un título universitario ganan, en promedio, un 84 % más a lo largo de su vida en comparación con aquellos que solo poseen un diploma de secundaria. Este incremento en los ingresos adicionales se mantiene a lo largo de la vida laboral (CEW Georgetown).
Además, un análisis de la Association of Public and Land-grant Universities (APLU) revela que las personas con un título universitario tienen el doble de probabilidades de estar empleadas en comparación con quienes no tienen educación superior, y sus ingresos medianos son un 86 % más altos. Este impacto en los salarios se mantiene constante incluso en contextos económicos desafiantes, como durante la Gran Recesión, donde los graduados universitarios mostraron tasas de desempleo significativamente más bajas (APLU).
Otro estudio de UMass Global enfatiza que, además de los beneficios financieros, un título universitario también ofrece mejores perspectivas de crecimiento profesional y movilidad laboral. Según este informe, los graduados universitarios no solo tienen acceso a salarios más altos, sino que también disfrutan de una mayor estabilidad en el empleo, lo que les permite acceder a posiciones de mayor responsabilidad y remuneración a lo largo de su carrera.
Estos estudios demuestran que la inversión en educación superior no solo incrementa las posibilidades de empleo y mejora la calidad de vida, sino que también contribuye significativamente a la economía en general al formar una fuerza laboral más calificada y competitiva.
SITUACIÓN DRAMÁTICA DE LOS QUE NO TIENEN ESTUDIOS SUPERIORES
De acuerdo con un informe del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), solo uno de cada cuatro peruanos continúa su educación después de completar la educación secundaria. Cada año, aproximadamente 340 mil jóvenes en el país ingresan al mercado laboral sin haber alcanzado un nivel de educación superior. Esta situación ha generado desafíos significativos para la competitividad laboral en Perú, ya que muchos jóvenes se ven forzados a integrarse prematuramente al mundo del trabajo, motivados por la necesidad de contribuir económicamente a sus hogares y, en muchos casos, por la imposibilidad de acceder a estudios técnicos o universitarios.
El impacto de la educación superior en el salario es notorio. Según el Observatorio de Educación del Consorcio de Universidades, basado en datos de programas como Carreras para Personas con Experiencia Laboral (CPEL), se ha evidenciado que los trabajadores con educación superior logran un incremento salarial del 30 %. Este aumento salarial refleja una correlación positiva entre la formación académica y la remuneración, subrayando la relevancia de los estudios universitarios en la mejora de las oportunidades económicas y profesionales. Estos datos resaltan el valor añadido que la educación superior aporta en el desarrollo de competencias y habilidades que son altamente demandadas en el mercado laboral.
Las condiciones económicas adversas que se presentaron en el pasado reciente, resultado de múltiples crisis tanto internas como externas —como la intransitabilidad de vías debido a protestas y altos niveles de conflictividad social, el cierre de aeropuertos, la cancelación de vuelos y viajes por tierra, el impacto y los efectos del fenómeno El Niño, entre otros—, tuvieron un impacto severo en el empleo en el país. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 155 mil peruanos quedaron desempleados en 2023. La mayor parte de los afectados provenía de pequeñas empresas, con plantillas de entre 11 y 50 trabajadores, lo que evidencia la vulnerabilidad de este sector ante las crisis mencionadas.
Este contexto resalta la importancia de fomentar políticas que faciliten el acceso a la educación superior y la titulación, no solo como un medio para mejorar las perspectivas laborales individuales, sino también como un elemento crucial para fortalecer la competitividad y la resiliencia económica del país frente a futuras adversidades.
