Todos a pincharnos

Por: Mauricio Aguirre Corvalán   

Después de muchas idas y vueltas, fechas fallidas y dosis más o dosis menos, el domingo finalmente llegó el primer lote de vacunas al país para empezar la gran marcha de la inmunización de millones de personas en todos los rincones del país, en lo que se espera sea el inicio del fin de un desastre sanitario y económico como no se tiene memoria. La llegada del antídoto, sin embargo, es sólo el primer paso.

Ahora el gobierno enfrenta dos grandes retos. Convencer a la mayor cantidad posible de gente de que se hay que vacunarse, y poder llegar a los lugares más alejados donde haya alguien dispuesto a hacerlo. Será, eso sí, un camino largo y seguramente no exento de dificultades, marchas y contramarchas. A la vez que se continúa asegurando la llegada de más dosis, hay que echar a andar todo el proceso logístico de traslado y aplicación de la vacuna de acuerdo al Plan Nacional de Vacunación contra la Covid19, cuya Fase I se inicia con las 300 mil dosis que acaban de llegar.

Es cierto que las semanas anteriores estuvieron marcadas por la incertidumbre. Anuncios fallidos y plazos que no se cumplían pusieron en seria duda la credibilidad del presidente Francisco Sagasti y de todo el gobierno de transición, y dejaron en evidencia lo importante que resulta en tiempos de crisis tener un líder que guíe y que sea capaz de transmitir seguridad, confianza y esperanza. Pero más allá de los errores de los que ya mucho se ha hablado, con la llegada de este primer lote de vacunas el gobierno empieza a recuperar confianza y a dejar en claro que su principal objetivo de acá a julio será vacunar a la mayor cantidad de gente posible.

Es bueno saber que hasta ahora tenemos acuerdos por 85 millones de dosis. 38 millones con Sinopharm, 20 millones con Pzifer, 14 millones con AstraZeneca y 13 millones con Covax Facility. Sin embargo, debemos ser conscientes, y por lo mismo no generar falsas expectativas, de que las vacunas irán llegando de a pocos y con seguridad inmunizar a todos llevará hasta el 2022. Hasta ahora sólo tenemos la certeza de contar con un millón de dosis de Sinopharm, y promesas de entrega en este trimestre de 500 mil dosis de Covax Facility y 250 mil dosis de Pzifer.

Esfuerzo y capacidad del gobierno, así como paciencia y cumplimiento de protocolos sanitarios por parte de la población serán necesarios para que el proceso de vacunación avance con la mayor velocidad posible. De seguro habrá dificultades, pero el objetivo deberá ser visibilizar errores para corregirlos, y no para, por razones políticas o ideológicas, buscar tirarse abajo todo el proceso de inmunización.

Por eso urge un compromiso de todos los candidatos presidenciales de continuar con el proceso de inmunización sea quien sea elegido Presidente de la República, y si lo pueden optimizar, mucho mejor. Pero pretender empezar de cero en julio sólo para marcar distancia del gobierno anterior será como traicionar a todos los que se juegan la vida en la primera línea de lucha contra la Covid19. No se trata de aplaudir a ojos cerrados, pero sí darle continuidad a un tema de emergencia nacional.

La llegada de las primeras 300 mil dosis ha sido una bocanada de esperanza para empezar a derrotar a la Covid19. Sobre todo para quienes en las calles, centros de salud, hospitales, clínicas y unidades de cuidados intensivos batallan a diario contra el virus y sus peligrosas variantes. Es una inyección de optimismo para empezar a ver luz al final del doloroso camino que hoy por hoy estamos atravesando.

Ahora hay que empezar a vacunar y rápido. Todos a pincharnos cuando nos toque, que será la única manera de empezar a dejar la mascarilla en el cajón de los recuerdos.

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