POR FRANCISCO EDGAR FLORES MITA
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen y semejanza, es decir, espíritu y sentimientos, porque eso es Dios, espíritu y lleno de sentimientos buenos, no puedo concebir a Dios, con sentimientos malos y perversos que lo lleven a decir, ya no me importa mi creación, que se destruya, porque no tiene salvación, el mundo va de mal en peor, el hombre se corrompe, es malo, destruye la creación y al mismo tiempo se autodestruye.
Frente a esa realidad actual, estoy seguro que Dios, sufre al ver hoy en día, al hombre encerrado en cuatro paredes, temeroso del futuro, porque nadie sabe hasta cuándo será el encierro, hasta cuando caminaremos con un tapa boca, hasta cuando no podremos abrazar a nuestros seres queridos, este encierro genera temor al futuro, ¿qué pasará mañana?, dice el hombre, ¿estaré vivo?, ¿qué pasará con mi familia?, ¿qué pasará con mi país? y ¿qué pasará con el mundo?, son interrogantes, que no tienen respuesta.
Entonces hay temor al futuro, y ¿qué cosa es el futuro?, el futuro es un día después del mañana, entonces el presente es lo que estoy haciendo, lo que estoy sintiendo y entonces el hombre dice: ¿qué estoy haciendo?, si me preguntaran eso, yo diría estoy encerrado, porque tengo miedo al futuro, tengo temor, porque si hoy estoy con salud, mañana que es el futuro puedo estar enfermo, y si hoy estos infectado por el virus, mañana puedo estar muerto.
Eso, ya no es vida, entonces surge la pregunta ¿quiso Dios eso para el hombre?, la respuesta es NO, entonces, ¿qué paso?,¿por qué llegamos a esta situación?, será porque siempre a través de la historia el hombre fue malo, ¿estaría ahí la justificación del diluvio universal?, donde según la biblia, solo quedó en el mundo Noé y su familia, para que estos poblaran nuevamente la tierra, los versos 5) y 6) del capítulo 6 del Genesis dicen: “Y vio jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre, y le dolió en su corazón”.
Hoy 5 de julio del 2021, ¿estará arrepentido Dios de habernos creado?, yo creo que NO, porque Él no quiere destruir el mundo, si él quisiera ya lo hubiera hecho, lo que si estoy seguro es que le duele de corazón, el sufrimiento del hombre, porque Dios es sentimiento, pero al mismo tiempo no quiere intervenir, porque el hombre ha tomado la decisión de seguir adelante sin Dios, ese es el gran error universal del hombre, pensar que puede vivir sin Dios.
Estamos viendo, como esta pandemia, ahora se manifiesta con otras variantes, más contagiosas y más mortales, que obligan al encierro, los gobiernos del mundo, están tomando nuevamente esa decisión a pesar de que se avanza con la vacunación de la población mundial, pero el temible y mortal virus sigue ahí, transformándose para peor, es como si tuviera la consigna de matar al hombre y acabar con él, es un enemigo que nadie ve y nadie sabe en qué momento te puede atacar y matar.
Ese, es el temor del hombre, por eso hay miedo al futuro, y ese miedo, genera otros males, como la depresión el estrés y la ansiedad, males que ya están presentes, y que atacan tan igual como el virus y que también pueden llevar a la muerte al hombre.
Si esto está pasando, entonces estaré equivocado, al decir que Dios, no quiere destruir el mundo, que solo le está dando su lección al hombre, por portarse mal, y que llegado un momento esto terminará.
Quienes conocemos a Dios, sabemos que Él no puede jugar así con el hombre, porque cuando su hijo Jesús murió en la cruz, dijo: “padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, por toda la maldad del hombre Jesús pidió perdón y murió en la cruz.
La muerte de Jesús, significó, la reconciliación del hombre con su creador, pero es el hombre quien luego de esa reconciliación ha pateado el tablero, el hombre del mundo actual, al que decimos mundo moderno y globalizado no quiere vivir bajo los preceptos de su Dios, se ha creado sus propios códigos de conducta, siendo uno de ellos el afán de lucro, el de llenar todos los graneros de riqueza habidos y por haber, ha dejado de ser solidario, con el que sufre, es el rico epulón que no le interesa el pobre Lázaro, se ha dejado llevar por el afán y la ansiedad de tener riqueza, cuando la vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido, en otras palabras se ha olvidado de Dios y de sus preceptos.
El afán de riqueza sin límites del hombre moderno y globalizado, ha traído como males; la corrupción en el mundo, la contaminación ambiental, las crisis económicas mundiales y las pandemias que afectan a todo el mundo, monstruos creados directa e indirectamente por el hombre, que hoy no puede controlar, entonces no es culpa de Dios, es culpa del hombre.
Una vez don Luis Mario, que es un amigo, al que quiero mucho me dijo: “En este mundo no estamos solos, está también Dios”. En efecto señores no estamos solos, Dios está vivo y sufriendo, que quiere, desea que retomemos el acto de reconciliación, que nos dejó hecho nuestro Señor Jesucristo, para que el mundo empiece a cambiar.
