La ausencia de informes de fiscalización y comisiones de control evidenciaría que los regidores de la provincia de Islay no están cumpliendo con su deber de fiscalización gubernamental, poniendo en riesgo la transparencia en la administración pública y afectando la confianza de la población en sus autoridades.
EL ROL FISCALIZADOR: UNA OBLIGACIÓN INELUDIBLE
El abogado municipalista Beto Lajo Paredes advirtió que la fiscalización no es un derecho opcional para los regidores, sino una obligación establecida por la Ley Orgánica de Municipalidades. Según el especialista, los concejales tienen tres funciones principales: legislar, fiscalizar y representar. Sin embargo, enfatizó que la más importante es la fiscalización, ya que permite detectar y corregir irregularidades en la gestión municipal.
“El regidor no puede decir ‘yo tengo el derecho de fiscalizar’, eso significaría que lo puede ejercer o no, porque ese es el derecho; pero cuando se le da el contexto de que es un deber, está obligado a fiscalizar. Y ahí no puede decir ‘si quiero fiscalizo y si no quiero no fiscalizo’. No señor, tiene que fiscalizar”.
El abogado explicó que la normativa vigente otorga herramientas concretas para que los regidores cumplan con su deber, como la solicitud de información a las dependencias municipales, la presentación de pedidos de fiscalización en las sesiones de concejo y la conformación de comisiones investigadoras.
DEFICIENCIAS EN LA FISCALIZACIÓN MUNICIPAL
A pesar de que la ley establece con claridad las responsabilidades de los regidores, en la provincia de Islay se ha evidenciado una preocupante falta de fiscalización sobre la gestión municipal. Según Lajo Paredes, esto se refleja en la escasez de informes de fiscalización y la ausencia de mociones para la conformación de comisiones investigadoras.
“¿Cuáles son los pedidos de fiscalización presentados por los regidores en lo que va del año? ¿Dónde están los informes detallados sobre el cumplimiento del presupuesto o las contrataciones municipales? ¿Se ha evaluado la ejecución de obras? Si no hay documentos que acrediten su labor fiscalizadora, entonces los regidores están incumpliendo su función”, afirmó el especialista, señalando que esta falta de control puede tener consecuencias graves incrementando posibles actos de corrupción.
EXHORTACIÓN A LOS REGIDORES: CUMPLIR SU LABOR O AFRONTAR SANCIONES
El abogado municipalista insistió en que los regidores de la provincia de Islay deben asumir con seriedad su responsabilidad y ejercer una fiscalización efectiva. Recordó que los regidores no deben confundir su rol con otras funciones administrativas. “Un regidor no inspecciona, no supervisa, no audita. Fiscaliza. La confusión de términos no es un simple error de lenguaje, sino que puede traer consecuencias legales. Un regidor que no fiscaliza adecuadamente o que tergiversa su función puede ser denunciado e incluso sometido a un proceso de vacancia”, advirtió.