El Gobierno busca evitar un confinamiento extremo frente a un nuevo rebrote de la pandemia del coronavirus registrado en el país, aseveró el presidente de la República, Francisco Sagasti.
En conferencia de prensa, el mandatario señaló que la pandemia ha afectado de manera distinta a cada región, de acuerdo a las características de estas. Por ello el gobierno ha definido, de acuerdo a los indicadores actuales, en qué zonas establecer alertas.
Estas son de nivel moderado, alto y muy alto, de acuerdo a la incidencia de la enfermedad y a las condiciones en las que se brinda la atención médica, explicó. De acuerdo a estos niveles las medidas a aplicar irán variando, señaló.
De no observarse las medidas de prevención ya establecidas, el nivel de alerta será extremo y habrá un déficit en la atención médica. Será de acuerdo a ello que se tomarán medidas que abarcarán, según el caso, restricciones a la circulación, al uso de espacios y al aislamiento físico.
“Queremos evitar una confinación extrema, una cuarentena estricta para todos. A eso no queremos llegar”, manifestó Sagasti.
Sin embargo, de darse casos de alerta extrema, tendrá que recurrirse al confinamiento. Caso contrario, se volverá a tener contagios masivos y habrá dificultades en el sistema de salud pública para atender a los contagiados, indicó.
“Guardamos ese tipo de medidas para el final porque sabemos que muchos peruanos y peruanas tienen que ganarse la vida todos los días”, añadió el mandatario.
EVALUACIÓN CONSTANTE
Cada 15 días las medidas que se den sobre la pandemia se revisarán para su modificación, adelantó Sagasti, quien exhortó a la ciudadanía a “hacer de su parte” pues el gobierno y el país no tendrán éxito sin su colaboración.
Durante la conferencia el mandatario refirió que en los últimos meses el nivel de contagios ha ido incrementándose.
Igual ascenso se ha registrado en el número de pacientes hospitalizados por tener covid-19. “Actualmente estamos como en julio del año pasado”, indicó, respecto a este indicador.
Informó también que, hasta el 11 de enero, se habían ocupado el 85% de las camas UCI disponibles. Esta tendencia al incremento se inició paulatinamente desde fines de noviembre “hasta entrar a un terreno ligeramente peligroso”, según dijo.