El pleno del Congreso aprobó en primera votación la ley que promueve la actividad cinematográfica y audiovisual peruana, a fin de contribuir a su desarrollo integral, sostenido e inclusivo; tanto en territorio peruano, como en el extranjero.
Con esta nueva normativa se espera que el cine peruano pueda competir con otros países de la región gracias a incentivos a nivel nacional y regional para que las producciones locales puedan convertirse en grandes éxitos y colaboren en la promoción del país.
«Es deber del Estado actualizarse y hacer leyes que vayan a la par con el momento actual, que busque desarrollar una real y auténtica industria cinematográfica y audiovisual, a través de un nuevo marco legal que lo fortalezca y que represente una importante estrategia de inversión a favor de esta actividad económica por parte del sector privado», remarcó Francesco Petrozzi, uno de los promotores.
La ley de promoción de la actividad cinematográfica y audiovisual peruano propone cambios estratégicos con respecto a la actual ley vigente, Ley 26370.
Por ejemplo, permite financiar otros proyectos audiovisuales como series de televisión, contenidos para medios digitales audiovisuales, festivales, acciones de formación y rescate del patrimonio audiovisual, etc.
Además, las actividades que lo requieren pueden acceder automáticamente a estímulos cumpliendo criterios objetivos, sin necesidad de comités y concursos.
El IRTP queda facultado para coproducir obras cinematográficas y audiovisuales; tal como corresponde a todo ente de la televisión pública; se establece como prioridad promover el cine indígena y en lengua indígena u originaria, entre otros.
El proyecto de ley destaca que en los últimos años el Perú ha alcanzado un pico en producción y audiencia con más de 30 largometrajes en un año y más de 3 millones de espectadores.
Como prueba destacan las películas “La Teta Asustada” de Claudia Llosa (2008, nominada a los Premios Oscar); “Contracorriente” y “El Elefante Desaparecido” de Javier Fuentes-León (2009 y 2014 respectivamente) y “Wiñaypacha” de Óscar Catacora (2018).