Según la norma, no hay ningún inconveniente si se entierra a las personas que murieron a consecuencia de COVID en los cementerios que tiene cada ciudad, así lo expresó el Dr. Percy Huancapaza, jefe de la Red de Salud Ilo.
De acuerdo al procedimiento, el Ministerio de Salud certifica la muerte del paciente, la funeraria hace el servicio y coordina con la Beneficencia Pública donde se va a enterrar los muertos. “Es una disposición de la Beneficencia destinar el lugar para dar sepultura a las personas que han dejado de existir”, expresó.
El manejo o tratamiento de los pacientes, es totalmente distinto, desde que fallece hay una desinfección del cadáver, luego es envuelto con prendas que también es desinfectado con amonio cuaternario de quinta generación y otras sustancias químicas, posteriormente, es colocado en una bolsa y antes de ingresar al cajón también es desinfectado.
Estas sustancias químicas destruyen al virus del COVID, por lo que no hay riesgo de contagio en el cementerio de la ciudad.
Ante el gran número de fallecidos, la situación no está nada bien, por lo que se está haciendo las gestiones para conformar equipos de respuesta rápida para fortalecer el trabajo de primer nivel, el cual es muy importante y vital.