POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)
El Instituto Peruano Económico (IPE) publica su Informe del tercer trimestre del 2021 y muestra que son diez los departamentos del país los que tienen un Producto Bruto Interno (PBI) un crecimiento positivo en la que el departamento de Moquegua lidera con el 14.1% con respecto al ocurrido también en el tercer trimestre del 2019.
En las redes sociales los orgullosos moqueguanos lo difunden como el gran referente para el país, las autoridades públicas se soban las manos y el instituto investigador desliza la idea que la motivación es por la minería. Consideramos que la información es resaltante y sin embargo hay que analizarla más detenidamente.
PRIMERO
Nos parece muy importante que IPE lo compare con el tercer trimestre del 2019 porque fue un año sin el COVID 19, compararlo con su par del 2020 no sería valido pues cualquier dato lo superaría por haber sido un año con elevada de paralización de la producción.
SEGUNDO
Que el departamento de Moquegua crezca en PBI en un 14% y los otros nueve que crecieron lo hagan con menos del 10% indica que algo de bueno pasó muy a pesar que el año 2019 también fue un año complicado por la crisis política y efectos de fenómenos naturales.
Hasta el mes de setiembre del presente año la minería siguió extrayendo mineral, la fundición de cobre blíster y la refinería de cátodos de cobre laboraron normalmente muy atraídos por la subida de los precios de los minerales. Por otro lado, no ocurrieron inundaciones, huaycos o parecidos que afectaran la producción.
Se suma que el comercio internacional con Bolivia se incrementó sobre todo en las importaciones. En la parte publica la construcción de obras se reactivó tanto en el gobierno regional como en los gobiernos locales, aunque solo en mejoramientos de infraestructura.
Siguió en Lomas de Ilo algunas inversiones menores y el plan de recuperación arqueológica que captaba muchas personas. El mercado interno se reactivó sobre todo el informal, la mini agricultura de pan llevar hacia los mercados de consumo y se fueron cerrando la construcción de la mina de Quellaveco.
No es poco tampoco la inversión en lo que será el servicio portuario de Engie para la exportación de minerales. El transporte por la vía Costanera, Panamericana y hacia-desde Bolivia aumentó. En telecomunicaciones se consolido el servicio de cable submarino para Bolivia y el sur para competir el internet.
El movimiento financiero, la importación de trigo, la continuidad de la pesca artesanal y la inversión de la Universidad Nacional aportaron también un mínimo al PBI.
Creemos que estos y otros sumaron en un clima no tan polarizado de tensiones sociales, ambientales y laborales para justificar el 14%. El Fondo Quellaveco asumió más expeditamente inversiones de los gobiernos locales y el regional.
TERCERO
Quedan fuera del porcentaje el turismo, nuevas inversiones privadas, la pesca industrial, y mediana agricultura que están casi ausentes en la estadística.
CUARTO
Según el informe de IPE indica que el empleo que se incrementó proviene más de otras actividades (10%) que de la minería (5%). No es ni será la primera vez que aparezcamos entre los primeros productores del país, crecer por crecer y sobre todo más en producción de materias primas no es lo ideal, con el ingreso a la producción de Quellaveco eso si sucederá.
Pero, lo más valioso e importante es si este crecimiento se plasma en desarrollo sostenible, equitativo e inclusivo, es decir que los beneficios de la minería que en todos los casos debe ser responsable nos permita incrementar nuestra áreas de cultivo, cambia la cara de nuestro departamento de no solo dispensador de minerales, sino de oportunidades de inversiones privadas y en tecnología, agroindustria exportadora, servicios permanentes y turismo recreacional, educación universitaria y tecnológica de calidad, salud preventiva y seguridad social.
Es decir, un próximo título que diga: Moquegua: primero en el país en desarrollo sostenible e inclusivo.
