POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)
Hay personajes dentro de la historia de la independencia en América, que han dejado una huella profunda en sus patrias, y fuera de ellas, casos de José Gervasio Artigas protector de la voluntad de los pueblos libres de la Banda Oriental, hoy Uruguay, y el general José de San Martín, Protector y respetuoso de la voluntad de los pueblos libres del Perú
Cuando hablamos de las batallas ganadas por el general San Martín en el Perú, la visión nos orienta a las grandes batallas persuasivas del Generalísimo, en un panorama que comienza en el Perú desde 1818, año del inicio de la gran batalla persuasiva, a través de los enviados por el más grande de los americanos en la historia de la independencia.
La persuasión como una gran batalla, obtuvo un triunfo en 1820 con el Marqués de Torre Tagle, gran patriota asociado a la proclamación de la independencia de la ciudad de Trujillo, quien acto seguido, solicitó a los cabildos de las ciudades, villas y pueblos, que hicieran lo mismo en toda la intendencia, conociendo como lo sabía el general San Martín, que la voluntad de todos los habitantes estaba por la separación política de la Metrópoli española.
La persuasión sobre don José de La Mar, cuencano que militaba entre los realistas fue decisiva, y uno de los logros que dio satisfacciones al general San Martín, quien como señalamos había iniciado esta gran batalla persuasiva desde 1818, enviando a patriotas americanos, quienes le hicieron conocer la realidad del espíritu de independencia entre los peruanos.
En esta gran batalla persuasiva sobre los peruanos y americanos que militaban entre los realistas, se cuentan los episodios de la deserción en Palpa de 200 soldados, que antes de los encuentros de Changuillo y de Nasca, empezaron a militar en las filas de la patria; y el paso del Batallón Numancia, a quienes los sanmartinianos y sanmartinianas les recordaron que su patria era el Perú, y que eran americanos, el triunfo en estas batallas persuasivas desmoralizó a los realistas.
El general Montgomery en su libro Arte de la guerra anota: Un gran general se debe distinguir no solamente por ganar batallas sino también por hacer todo lo posible por impedirlas, y este fue un gran logro de San Martín, evitar el enfrentamiento entre los mismos peruanos. Las batallas más grandes que se ganan son las que se logran sin derramamientos de sangre, sin necesidad de encuentro bélicos.
Recordemos que Venezuela proclamó su independencia en 1810, y la lucha siguió hasta 1823, igual sucedió en otros países, Perú no fue la excepción, se proclamó la independencia nacional aunque una enorme porción del territorio estaba ocupada por los realistas, pero ya la gran batalla de peruanizar a los peruanos en el momento de la independencia, había sido ganada por el general San Martín, continuador de esa batalla que se librara desde el Mercurio Peruano, que enseñó a los peruanos a amar a su patria, mostrándoles todo lo que poseían en el presente, asociado a su pasado, como se hizo a fines del siglo XVIII.
El plan de San Martín fue desestabilizar a los realistas, con una guerra sobre la mente de los peruanos y de las peruanas. A esa guerra psicológica, contribuyeron los periodistas que vinieron con él, portadores de una imprenta ambulante, desde la que salían los manifiestos dirigidos a la población, que estaba atemorizada por los rumores y otras falsedades que difundían los realistas en la prensa oficial y por otros medios; esto era contradicho con las publicaciones del Ejército Sanmartiniano Libertador, que continuaba con la batalla persuasiva por la independencia del Perú y de América.