La ruta hacia el 11 de abril

Hace algunos años leía el libro de nuestro recordado Constantino Carvallo, intitulado “Donde habita la moral”, y me quedaron como insignia, algunos mensajes que perfectamente encajan en el escenario presente: no carecemos de líderes, nos faltan ciudadanos; necesitamos más política y menos políticos; si queremos hombres libres, debemos formarlos libres.

POR: DR. VICENTE ANTONIO ZEBALLOS SALINAS   

En pocas semanas acudimos al proceso de elecciones generales en nuestro país, no hay candidaturas presidenciales que muestren un despegue inalcanzable; no obstante, aparecen en estos últimos tramos algunos posicionamientos, que aun así no aseguran nada, estamos en el terreno electoral donde “todo puede pasar”. Bastante incierto y no ajeno a nuestra historia política.

Como país, desde la perspectiva constitucional, en estos últimos cinco años superamos momentos muy críticos, que pudieron generar desconcierto social e inestabilidad política, diremos los más gravitantes, la renuncia del expresidente Kuczynski, la disolución del Congreso, la vacancia del expresidente Vizcarra, el proceso de referéndum, las movilizaciones ciudadanas, y mucho más; con madurez democrática -que no se lea pasar por alto, las múltiples  carencias y deficiencias que tenemos como Estado- acudimos a la quinta trasferencia democrática de Gobierno, desde el autoritario Fujimori. Y aun etiquetándonos de formalistas, vamos caminando por una necesaria estabilidad institucional.

La pandemia del Covid-19, es de ineludible agenda a priorizarse en los mensajes políticos, motivando la creatividad de los candidatos para instituir mecanismos que trasmitan sus mensajes o programas de gobierno; exige reglas de conducta sanitarias individuales y colectivas, teniendo una incidencia importante en las justas electorales, limitándose los espacios públicos, reducidas presentaciones abiertas, prohibidas las masivas manifestaciones, para una mayor difusión o contraste de las propuestas.

Pero, también hay reglas electorales que se aplican en estas elecciones y no son percibidos por los electores, y tienen una particular incidencia en el proceso electoral. Compartamos algunas de ellas:

PRIMERO

Se mantiene el voto preferencial, el elector al momento de emitir su voto podrá votar no sólo por la lista parlamentaria, sino marcar opcionalmente por dos candidatos de su preferencia, lo que hace más complejo el acto electoral. Técnicamente se le llama “doble voto preferencial opcional”.

La Asociación Transparencia, quienes impulsaron una iniciativa ciudadana para su eliminación, señalaban: “el mecanismo promueve pugnas al interior de los partidos, hay mayor gasto en la campaña, las promesas de los candidatos a veces van en contra de lo que promueve el partido, con afán de ganar votos”. Asimismo, debemos considerar que el “llamado efecto arrastre”, quien vota por determinado candidato presidencial a su vez vota por sus listas congresales, ha sido remplazado por el “voto cruzado”.

SEGUNDO

Por la emergencia sanitaria los ciudadanos considerados en grupos de riesgo para COVID-19, están exentas de multa por omisión al sufragio o de inasistencia a la integración de las Mesas de Sufragio.

TERCERO

En esta cita democrática también daremos nuestro voto en distrito nacional por nuestros representantes ante el Parlamento Andino, debemos elegir 5 candidatos titulares y 10 suplentes, con las mismas reglas electoral que para el Parlamento Nacional. Valgan verdades, está seriamente objetado este espacio representativo, diversas iniciativas legales buscan su derogación, y quizá su mayor debilidad es que sus decisiones no tienen efecto vinculante, como el Parlamento.

CUARTO

El actual Congreso acudió a una rectificación aprobando los criterios de paridad y alternancia de género como obligatoriedad para las fórmulas presidenciales, las listas al Congreso y al Parlamento Andino, debiendo ubicar en forma intercalada a los candidatos, una mujer un hombre o un hombre una mujer. Que se han concretizado en las distintas partidos o agrupaciones políticas participantes. Lo que no garantiza, que tengamos una importante presencia femenina, porque se mantiene el voto preferencial, pero si permita una participación más igualitaria.

QUINTO

Son más de dos millones los peruanos en el extranjero, pero no todos están registrados en los consulados, la ONPE tiene un registro de 997,033 ciudadanos con residencia en el exterior, habilitados y con obligatoriedad de votar en estas elecciones generales. Fue necesario crear una nueva circunscripción electoral con dos escaños, que no incrementa los actuales 130 curules, porque serán restados al distrito electoral de Lima, que pasará de tener 36 a 34 curules.

Una buena decisión que integra a peruanos, que nunca dejaron de vincularse a su terruño, quienes envían importantes remesas mensuales y fortalecen nuestra dinámica económica. Pero con la necesidad de que su voz, su opinión, su sentir sean escuchados y atendidos.

SEXTO

Se dieron importantes avances con el voto electrónico, acorde con los tiempos, y obviamente, hoy sería más que útil; sin embargo, el responsable de la ONPE manifestó que en estas elecciones acudiríamos a una elección convencional descartando modalidad alguna del voto electrónico. Seis meses atrás dispuso, esta misma entidad, de una Auditoria o informe técnico integral, de lo que no se tiene respuestas.

No obstante, se venía aplicando de manera gradual y focalizada, sin que este sujeto a observaciones con efectos en la objetividad del proceso. La última vez que se utilizó fue en las elecciones municipales y regionales de octubre del 2018, se aplicó en 39 distritos. Fueron 1´729,028 electores quienes pudieron utilizar está tecnología. Fue un retroceso esta suspensión unilateral, las circunstancias no permitieron mayor discusión, son necesarias respuestas, en el ánimo de mejorar nuestros procesos electorales.

No es democrático reducir nuestra democracia, aunque parezca una redundancia en el concepto, a un proceso electoral o porque cada cierto tiempo se renueven autoridades. Somos y debemos ser más que eso, y empieza por un eficiente proceso electoral y una mejor decisión de los electores. Los momentos que compartimos, no son alentadores, necesitamos de un cambio en nuestras viejas estructuras, por ello necesitamos de más ciudadanía.

Hace algunos años leía el libro de nuestro recordado Constantino Carvallo, intitulado “Donde habita la moral”, y me quedaron como insignia, algunos mensajes que perfectamente encajan en el escenario presente: no carecemos de líderes, nos faltan ciudadanos; necesitamos más política y menos políticos; si queremos hombres libres, debemos formarlos libres.

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