La patriota Manuelita Sáenz

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

Entre los personajes que figuran en la memoria colectiva de los peruanos, está el nombre de Manuelita Sáenz, cuya evocación apasiona a los paiteños, al punto de mencionarla, y hacer empatía con su realidad, pese a que más de un siglo y medio separa a las generaciones presentes, del tiempo que pasó en Paita, esta respetable señora.

La vida de Manuelita Sáenz ha resultado atractiva para diversos creadores, se han hecho poesías sobre ella, hay narraciones, y ha inspirado guiones televisivos y películas, que la identifican con lo que más se le recuerda, es decir, por su relación amorosa con Simón Bolívar, Libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, país llamado así, por el nombre del ilustre venezolano.

Nació en Quito, Ecuador, el 27 de diciembre de 1797, como Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru y murió en Paita, el 23 de noviembre de 1856. En la historia de América se le recuerda como patriota ecuatoriana, y por haberse convertido, a través de su relación con Bolívar, en la Libertadora del Libertador, por el episodio durante una conspiración contra él, en Bogotá.  Tras la caída de Bolívar fue denigrada, desterrada, y excluida por sus propios contemporáneos, hasta que tardíamente se retomó su figura como patriota en el proceso de la independencia.

Manuela Sáenz fue hija del español Simón Tadeo Sáenz de Vergara y Yedra, y de la criolla quiteña María Joaquina de Aizpuru, quien murió tras el parto, y la recién nacida fue llevada al Convento de las Monjas Conceptas, o Real Monasterio de la Limpia e Inmaculada Concepción, donde transcurrieron sus primeros años de vida.

Desde pequeña, Manuelita Sáenz demostró tener un talento especial, y evidenció un gran interés por la lectura, y las buenas costumbres. Desde niña recibió dos esclavas de su edad para que jugaran con ella, y además mantuvo buenas relaciones con sus hermanos de padre, especialmente con José María Sáenz de Vergara.

Después de permanecer en el Convento de las Monjas Conceptas, ingresó al Monasterio de Santa Catalina de Siena, donde concluyó los estudios que se daban a las señoritas de su tiempo, sin descuidar su aprendizaje del inglés y del francés, paralelamente a lo concerniente a bordados y preparación de dulces. A poco antes de cumplir 20 años, contrajo matrimonio con el médico inglés James Thorne, con quien vino a residir a Lima.

LA PATRIOTA    

En el Panteón Nacional de los Próceres, en Lima existe una placa conmemorativa, por las patriotas que apoyaron la causa de la libertad, y que oportunamente fueron distinguidas por el general San Martín. En esa placa figura el nombre de Manuela Sáenz de Thorne, a quien el Protector de la Libertad del Perú, reconoció los méritos que la hicieron merecedora de la misma distinción que recibieron otras mujeres del Perú.

Manuela Sáenz fue reconocida como Caballeresa de la Orden El Sol del Perú, por su identificación, y acciones a favor de la independencia, desde antes de la toma de Lima por el Ejército Patriota. En 1821, por causa de la muerte de una tía materna, Manuelita regresó al Ecuador, para reclamar su herencia materna, y lo hizo acompañada de su medio hermano, oficial del batallón Numancia, que desde fines de 1820 había pasado a las filas de la patria. En la campaña para finalizar la independencia de Ecuador, apoyó con la asistencia a los heridos, asegurándose que en esa ocasión conoció a Bolívar, por quien abandona a su esposo, siendo fiel al Libertador hasta su muerte en 1830.

En varias publicaciones se asegura que estuvo presente en las batallas de Pichincha, Junín, y, Ayacucho, distinguiéndosele como coronela del Ejército Colombiano. Fue una verdadera adelantada de su época.

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