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11 agosto, 2025 4:22 pm

La corrupción de la democracia (2)

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.” – Joan Baez

POR: CESAR A. CARO JIMENEZ

La próxima contienda electoral en el Perú, en la que se espera la participación de aproximadamente 40 movimientos políticos, presenta un escenario que invita a la reflexión desde diversas perspectivas.

La proliferación de agrupaciones puede interpretarse como un signo de fortalecimiento democrático, reflejando una sociedad activa y pluralista. Sin embargo, también puede ser vista como una manifestación de fragmentación o incluso de una posible degeneración del sistema electoral, una preocupación que no es exclusiva de nuestro tiempo, sino que tiene raíces en la antigua Grecia, donde pensadores como Platón y Aristóteles advirtieron que la corrupción surge cuando los gobernantes, alejados de la virtud, priorizan intereses personales y económicos, poniendo en riesgo la justicia y el bienestar común.

La democracia, sin valores éticos y virtudes cívicas, corre el riesgo de degenerar en una tiranía de la mayoría. Esto sucede cuando los votantes, en ocasiones, eligen gobernantes motivados por intereses particulares en lugar del bien común, permitiendo que estos se aprovechen de su poder para enriquecerse o favorecer a grupos específicos.

Muchas veces, la ciudadanía se mantiene pasiva, solo reaccionando en épocas electorales, cuando algunos, que en otros momentos no participan ni protestan, se rasgan las vestiduras en un vano intento por ganar simpatía.

En los últimos tiempos, hemos visto cómo personajes con falencias morales y capacidades limitadas han sido elegidos, en parte, por la falta de una ciudadanía informada y comprometida. Casos como la crisis en la Irrigación de las Pampas de Ilo o la subasta de bienes de la Universidad José Carlos Mariátegui, que deberían ser transferidos a la Universidad Nacional Autónoma de Moquegua (UNAM) en lugar de ser rematados judicialmente, ejemplifican cómo la falta de sanciones a los responsables agrava estos problemas.

Volviendo a la situación de que cerca de 40 movimientos políticos puedan participar en las próximas elecciones, desde una visión optimista, ello podría interpretarse como una mayor representatividad y pluralismo. La existencia de múltiples actores políticos puede reflejar una sociedad que busca expresar su diversidad de ideas, intereses y valores. Además, la pluralidad de opciones puede incentivar a la ciudadanía a involucrarse más activamente en la política y fortalecer la participación democrática, incluyendo a grupos tradicionalmente marginados.

No obstante, debemos considerar también los aspectos negativos. Una proliferación excesiva de movimientos puede conducir a la dispersión del voto, debilitando la gobernabilidad y dificultando la formación de mayorías claras, lo que a su vez puede generar inestabilidad política.

La fragmentación puede complicar la atribución de responsabilidades en la gestión pública, dificultando la evaluación del desempeño de las autoridades electas. Asimismo, la existencia de numerosos movimientos puede facilitar la creación de agrupaciones con fines meramente electorales, sin una base ideológica sólida, lo cual puede ser un signo de degeneración democrática hacia escenarios más clientelistas o populistas.

En el contexto de Moquegua, la clave para aprovechar la pluralidad de movimientos políticos radica en fortalecer los mecanismos de transparencia, fiscalización y participación ciudadana. Es fundamental promover una cultura política basada en valores éticos y en la responsabilidad social, que permita canalizar la diversidad de intereses hacia soluciones constructivas y sostenibles. La región tiene un gran potencial en recursos naturales y en su capital humano, pero para convertir esto en desarrollo real es imprescindible que la participación política sea genuina, informada y comprometida con el bienestar colectivo.

Solo así, Moquegua podrá evitar los riesgos de fragmentación y clientelismo, consolidando un sistema democrático más sólido, inclusivo y responsable.

Análisis & Opinión