POR: GUSTAVO VALCÁRCEL SALAS
La noticia más antigua que tenemos de la casa nos remite a una escritura de 1786. Su propietario era Cayetano Puertas Nieto, entonces viudo de doña María Josefa Zegarra.
Aquí se especifica que la vivienda quedó muy arruinada a raíz del terrible cataclismo de 1784; como requería de considerables reparos que por costosos no podía afrontar, decide venderla. Fue tasada en 2,222 pesos, cantidad apreciable a pesar de su deterioro. Tenía dos frentes, 27 varas (22,57 m) por la calle que iba a la plaza (Moquegua) y veintitrés y media (19,64 m) por la que bajaba al Acacollo (La Libertad). Se hacía constar que tenía techo de mojinete; en la portada de la puerta principal algunas piedras estaban en su lugar y otras cayeron con el terremoto. Se indica que los linderos son los mismos que figuraban en la escritura de compra del solar en que se halla edificada.
Ese año de 1786 fue vendida al conde de Alastaya don Antonio Nieto y Roa, su primo hermano que vivía en la magnífica y espaciosa casa que el año anterior había adquirido de Ángel Ignacio de Baraybar, a espaldas del templo de la Matriz.
El conde la restaura y, sin llegar a vivir en ella, quince años después, en 1801, la vende a doña Josefa Zapata. Luego de algunos lustros la encontramos como propiedad de Isabel Navarro Rospigliosi esposa de Enrique del Solar Espejo. Descendientes de esta familia, Martínez del Solar Salgado, son sus actuales propietarios, quienes a mediados del siglo pasado la alquilaron a la familia Yáñez Pinazo.
En la tasación hecha en 1959 se especificaba que tenía 23,80 metros de frente y por el costado derecho 22,00 metros, que son básicamente los mismos de dos siglos atrás.
¿Quién la hizo edificar? ¿A quiénes hace referencia la añeja inscripción “noble, orgullosa y llena de blasones”? Sin duda que estamos ante la portada más antigua que se conserva en la ciudad.
La búsqueda de su origen nos lleva a doña Josefa de Peñaloza y Vélez de Guevara casada con Gonzalo Nieto y Quintanilla, regidor y capitán de milicias, dueño de un sustancioso patrimonio urbano y rural. Ella, en su testamento otorgado en 1735, nos dice que adquirió “la casa y solar que compramos y fabricamos durante el matrimonio”. Gonzalo Nieto lo reafirma en su testamento de 1742, “durante el matrimonio compré sitio en que fabricamos casa” y agrega que a su hija Lorenza Nieto Peñaloza, casada con Antonio Ramón de Puertas, le deja un solar a espaldas de su casa. Ellos son los padres de fray Juan Antonio y de Cayetano Puertas Nieto, sus universales herederos.
Agreguemos que la casa y sitio era vecina a la de Francisco Nieto y Peñaloza, padre de quienes serían los condes de Alastaya.
Todo parece indicar que los hijos de Gonzalo Nieto y Quintanilla y de doña Josefa de Peñaloza y Vélez de Guevara fueron quienes construyeron la casa y la ilustre portada.