POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)
En el presente mes, la presencia del jurel en los desembarcaderos pesqueros del litoral sur ha sido muy evidente. En el pasado, el jurel era más cuantioso y era la especie más importante en la mesa de consumo alimentario, siendo consumido de diversas formas. Con el paso de los años, su presencia ha disminuido y, en algunos casos, casi ha desaparecido. El jurel (Trachurus murphyi) es un pez del océano Pacífico sur, principalmente en Ecuador, Perú y Chile. Este pescado es importante por su riqueza en grasas esenciales como el omega 3, proteínas y vitaminas A y B12. La especie se caracteriza por su forma alargada, el color azul del lomo y el vientre blanco; lamentablemente, su tamaño ha ido disminuyendo. La extrema extracción, tanto para el consumo popular como para la industria, ha obligado a establecer normas para regularla y asegurar su sostenibilidad.
En el océano Pacífico sur, destacan como puertos de desembarque: Valparaíso, San Antonio, Callao, Paita, Manta y Esmeraldas. En Perú, además de Callao y Paita, destacan Chimbote, San Andrés, Ilo y Morro Sama.
Como toda especie marina, la pesca del jurel es volátil e impredecible. El Observatorio Pesquero del Ministerio de la Producción indica que el jurel ocupa el tercer lugar con el 8% de participación en el desembarque entre enero y junio de 2024, detrás de la pota (32%) y el bonito (8%). Comparativamente, en el mismo período, la pesca de jurel disminuyó en relación con 2023; el año anterior fue de 63 mil toneladas métricas (TM) y en el presente solo 36 mil TM, una reducción del 42%. Lo mismo ocurrió con las ventas, que disminuyeron de 34 mil TM en el año anterior a 26 mil TM en el presente año.
El principal mercado mayorista de pescado es el de Lima y Callao, donde se comercializaron 28 mil TM en 2023 y hasta junio de 2024 se han comercializado 14 mil TM. El precio del kilo de jurel fue de S/ 3.90 en 2023 y aumentó a S/ 4.90 en 2024, cumpliendo con la ley de oferta y demanda: cuando el pescado escasea, su precio se eleva.
En cuanto al empleo pesquero, la población económicamente activa (PEA) en toda la costa es de 54.7 mil pescadores, de los cuales Arequipa representa el 9.1%, Moquegua el 4.6% y Tacna el 2.4%. Estos tres departamentos tienen los porcentajes más bajos en comparación con los departamentos del centro y norte del país. Se especula que hay pescadores artesanales informales no considerados en la estadística, como se constató en visitas a los desembarcaderos de Ilo y Morro Sama, donde la presencia de pescadores artesanales y trabajadores extranjeros es notablemente mayoritaria.
Departamentalmente, el jurel en Arequipa tuvo hasta julio de 2024 un abastecimiento de 759 TM y su participación fue del 3.9% a nivel nacional. Tacna abasteció con 196 TM y su participación fue del 1.0%, mientras que en Moquegua no se dispone de información. Los precios del kilo de jurel en julio de 2024 promediaron S/ 2.90 en los dos departamentos.
Las preguntas sobre la pesca artesanal y, en particular, sobre el jurel, giran en torno a por qué no es sostenible, qué factores lo afectan y por qué no lo hacen sostenible. Lo primero es indudablemente el fenómeno de El Niño, que altera la temperatura del mar. Segundo, la anarquía e informalidad en este sector, donde las normas no se cumplen. Tercero, la debilidad del Ministerio de la Producción, influenciada por intereses particulares, el escaso presupuesto de las direcciones de producción regionales, y la presión de los gremios pesqueros para pescar más allá de las cuotas.
Además, IMARPE no actualiza sus informes sobre la biomasa marina. También se suma el elevado peso de la extracción de la pota, que aumenta ostensiblemente en las estadísticas; el fuerte centralismo del mercado pesquero de Lima y Callao; la maricultura, que aún no se posiciona como alternativa a la pesca artesanal; la demanda internacional de pescado fresco o partes sin mayor valor agregado, especialmente de China y EE.UU.; y la elevación de los precios de los combustibles, que se convierte en un insumo de alto costo para las embarcaciones pesqueras. Ah, jurel, ¡cómo te extrañamos!