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Historias palaciegas: anécdotas inéditas de un héroe sin capa y una reina sin voz

POR: KAREM ROCA LUQUE    

El lunes 22 de mayo del año 2017, en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), su vicepresidente y ministro de Transportes y Comunicaciones renuncia al cargo en medio de cuestionamientos por la adenda del Aeropuerto de Chinchero. Así que rápidamente tuve que guardar todos sus objetos personales, regalos entre cuadros, adornos, chocolates y cantidad de documentación existente, todo en tiempo récord, ya que debíamos mudarnos a Palacio de Gobierno, donde sería nuestra nueva casa.

Llegamos a Palacio de Gobierno un 23 de mayo de ese mismo año, Martin Vizcarra, Oscar Vásquez y yo, siempre fielmente acompañando sus travesías en política y demás, ya teníamos un espacio asignado en Palacio de Gobierno era la sala de los asesores del ex Señor Presidente de la República (SPR) PPK, así que tenía que mudarme rápidamente para allá, y esperar al vice su llegada al día siguiente en su nueva oficina. Me sentí en familia, las dos secretarias de PPK, Rocío y Jésu, la secretaria de los asesores Úrsula, nos recibieron con mucha algarabía. Siempre me llevé bien con todos, hice nuevos compañeros de trabajo y a seguir adelante porque la función debía continuar.

Si bien es cierto el señor Vizcarra no tenía sueldo, porque el cargo de vicepresidente es ad honorem, entonces nos comunicaron que el despacho de la Vicepresidencia solo tenía un pequeño presupuesto que incluía el pago para dos asesores y una asistente administrativa, así que desde ya teníamos contrato, gracias a Dios.

Conversando con el señor Vizcarra, sentía su preocupación de no tener un sueldo fijo, y me preocupe también, así que traté en todo momento que se sienta tranquilo, pude averiguar que nos correspondía almuerzo como algunos funcionarios que trabajaban en Palacio. Oscar feliz, le pareció genial, ya que se había acostumbrado tener todo de forma gratuita trabajando al lado del señor Vizcarra, pedía café 5 a 6 veces al día, mientras tanto yo tenía que ver de dónde sacaba más café, ya que solo nos daban una bolsa de un kilo al mes, así que tenía que comprar de mi propio bolsillo, y no decía nada para que Oscar no se sienta mal, incluso guardar café para los invitados y especialmente para mi ex jefe. Siempre en las oficinas de los altos funcionarios hay un mayordomo, así que ya tenía apoyo.

Luego de unos meses, exactamente el 28 de setiembre del año 2017, el vicepresidente Vizcarra nos da la noticia que se iba a Canadá como Embajador Plenipotenciario, y luego de varias conversaciones con PPK, tendría que viajar a Canadá junto a su familia y soportar el frío a una temperatura de 9° C aprox.

Me dio mucha tristeza y nostalgia, pero sabía que tenía que hacerlo, así tendría sueldo y ya no iba a estar preocupado. En medio de toda esa escena que vivíamos, un ex amigo César Figueredo, se le ocurre hacerle la despedida al señor MV en un local de Lince, es así que le preguntamos al señor si estaba de acuerdo y dijo que sí, nos dijo la fecha y quienes podían ser invitados, así se hizo tal cual, dentro de los invitados estuvieron:

Elvira Labarthe y su esposo Jorge Dulanto, mamá del ex premier Salvador del Solar, igualmente Elvira llevó otros invitados y familiares.

José Manuel Hernández, su esposa y Claudia Hernández su hija y ex reina de Belleza, al propósito, Claudia muy hermosa por fuera y hermosa por dentro.

Claudio Vanini y su esposa Catherine Salas de Vanini.

Mirian Morales y adjuntos.

Yahaira López García, mamá de la hija de actual premier (en ese momento pareja del segundo hermano de MV).

Moqueguanos residentes en Lima y trabajadores actualmente en el MTC, Vivienda y Educación, familiares del señor Vizcarra y otros más.

Cuando MV se fue a Canadá todo seguía bien en Palacio, de pronto en unos meses más todo empezó a cambiar, nos sacaron de un día a otro del lugar que nos habían asignado, y nos dieron un espacio mucho más pequeño de unos 9 m2 aproximadamente.

¿Me preguntaba que estaría pasando? para que de la noche a la mañana todo cambie repentinamente, así que llamé al señor Vizcarra vía de WhatsApp y le conté todo lo que estaba sucediendo, para lo cual me contestó: “Todo está bien, no digas nada, acepta todo lo que venga, pronto habrá noticias” ….

En ese momento no entendía nada, sin embargo, seguí las instrucciones de no decir nada, y aceptar lo que venga. Tuve muchas dudas, pero no debía preguntar nada; nos cortaron el servicio de comida, nos prohibieron traer comida y utilizar el Kitchenette de la oficina, cortaron la seguridad para el vicepresidente, nos restringieron visitas, etc. Sentía que algo estaba pasando.

En uno de los viajes de visita del señor MV a Lima ya no tenía seguridad, tuve que lidiar muchas batallas para que el señor Vizcarra no sienta que lo habían relegado en Palacio de Gobierno y manifestó que lo estaban conminando a renunciar, nos hacía saber que lo discriminaban y lo presionaban a renunciar, lógicamente le creí y Vásquez también.

Pasaron unos meses y luego que asume la Presidencia de la República, él iba cambiando poco a poco, algunas personas me dicen que siempre fue así y que yo era la única que pensaba que Vizcarra era una persona íntegra.

Cuando sucedió todo lo acontecido con los audios que lo delatan, pude conocer que nos mintió, que nada de lo que nos dijo era verdad, que solo nos contó la historia que queríamos escuchar, no la verdadera que la gente de PPK sabía, que había traicionado a PPK. Por eso es que todo cambió de un día para otro con nosotros, y teníamos información equivocada de parte del señor Vizcarra. Era entendible ya que, siendo el jefe y nosotros subalternos, debíamos creer en su palabra.

Cuando MV llega a Palacio de Gobierno junto a su esposa, pude observar una incomodidad en la primera dama, ella no quería vivir en Palacio, golpeaba las puertas, y sin pensar en sus actos le gritaba al Presidente de la República: “¡Para que me has traído aquí, yo no quería venir!” fue la única vez que pude escuchar que levantó la voz. De ahí en adelante se quedó en silencio y todo lo que investigaba del SPR lo hacía a escondidas y con apoyo de su gente de confianza.

En los pasillos de Palacio de Gobierno se decía que penaban, que se escuchaba una niña tocar el piano por las tardes, pero la verdad yo nunca escuché nada, nunca tuve miedo caminar en la oscuridad ni que aparezca algún fantasma. Lo que me daba miedo era como la chata Morales se metía cada día en los temas legales del señor SPR, para poder tener más poder sobre él. Ella buscaba el problema, y ella misma daba la solución. ¿Casualidad?…

Cuando el ex SPR, asume la Presidencia de la República su círculo se fue cerrando cada vez más, sus actitudes cambiaban según la persona que tenía en frente. Se volvió bipolar, ya no tenía esa humildad, parecía un actor de cine y decía: “yo soy el presidente y se todo”. La Morales le hizo creer que era Dios, nadie objetaba sus decisiones, entonces ya no escuchaba.

Poco a poco me fui dando cuenta que Mirian nos quería fuera a los más cercanos. Nunca me hice problemas, tenía la seguridad de que podría darse cuenta y reaccionar, pero esperé en vano el daño ya estaba encima y las consecuencias serían irreparables.

Pasé vergüenzas ajenas, siempre traté de que no quede mal, cuando hacia sus viajes de trabajo a provincia había gente que quería sacar una cita para poder exponer algún tema, el SPR decía: “Te espero en Palacio de gobierno, llama a mi asistente, este es su número celular, y cuando me llamaban y los atendía consultaba al presidente si podía atender aquellas personas, y me decía no tengo tiempo, diles que estoy en reunión” para que el SPR no quede mal,  hacía que conozcan Palacio de Gobierno con un agente militar encargado de las visitas guiadas a la casa de Pizarro y les decía que se encontraba fuera de PG. Se iban contentos, y decían que volverían a llamar para agendar una nueva visita. El caso era que si el Presidente volvía a cualquier ciudad nuevamente y se encontraba con alguna persona que nunca recibió, indicaba, que no sabía nada, que nadie le había dicho que habían llegado. Lógicamente me hacía quedar mal.

Otra situación que nunca pude olvidar, es cuando en un viaje a Apurímac, ya se encontraban de retorno, y la gente siempre los despedía con regalos y muchas veces con comida. El señor siempre viajaba con un edecán, el general jefe de Casa Militar, un personal PNP encargado de su seguridad y técnicos de orden.

Aquel día le regalaron tostado y queso en cuadritos, sabíamos que era su manjar favorito del presidente, subió con una fuente grande al avión presidencial, y le entrega al edecán la fuente indicándole: “qué coman todos”, el edecán empieza a pasar la fuente, pero no se percató que se acabó todo, aterrizaron en Lima con la fuente vacía.

El SPR, subió de frente a la casa presidencial, pasó una hora y todo el personal subalterno nos encontrábamos arreglando las cosas que habían traído, es cuando sonó el teléfono y recibimos la llamada del SPR indicando le pasen la llamada al edecán, y gritando como nunca antes lo habíamos escuchado, dijo: ¿Dónde está mi cancha? El edecán Walter Vela dijo: se repartió todo en el avión presidencial, y gritando nuevamente el SPR le dijo: “si no tienes que comer no es mi problema, pero no te comas lo que es mío”, gritó tan fuerte que todos pudimos oírlo, vimos el rostro desencajado del edecán. Solo atiné a decirle: no lo tomes personal, seguro a tenido un mal momento, por favor no pienses mal de él, sigamos Comando de Acero, te pido disculpas en nombre del Presidente.

Hubo otro percance, le regalaron varias tortas por el día de su cumpleaños, una de ellas se estropeó totalmente, le hice conocer el incidente y no dijo nada, al ver el desastre de la torta se la entregué al personal militar para que se la coma, luego nos hizo un escándalo terrible, pedía su torta por todo el despacho haciéndonos sentir mal, y a todos les contaba que nos habíamos comido su torta, sabiendo ya que se había arruinado, él quería que la devolvamos, hasta que el general y yo tuvimos que echarnos la culpa para que cese el problema.

El poder desnuda a las personas y en este caso nos muestra un hombre lleno de mezquindad, egoísmo y vanidad, que por mantener este poder y sus beneficios no duda en mentir y traicionar.

La verdad por más incómoda que sea, se va abriendo camino… hasta la próxima semana.

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