¿Hay un futuro sobre rieles? (III)

“El futuro depende de lo que hacemos en el presente” – Mahatma Gandhi

POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ    

La importancia de los trenes de transporte de carga en la actualidad es mayor que nunca.  En términos generales, el uso de transporte ferroviario de carga es favorable para grandes embarques, a los que permite obtener además de bajos costos de transporte, baja accidentabilidad y una reducida huella de impacto ambiental. Además, el desarrollo de tecnologías informáticas y digitales aplicadas al sistema ferroviario está permitiendo la creación de trenes adaptados a las tecnologías de la información y las comunicaciones, lo que ha permitido un avance significativo en el sector del transporte ferroviario de cargas, el cual conjuntamente con el transporte marítimo son los medios de transporte más utilizados por el comercio internacional. Se estima que alrededor del 80% del comercio mundial se realiza por mar. Este medio de transporte es el que soporta mayor movimiento de mercancías, tanto en contenedor, como granel secos o líquidos.

En cuanto a los costos, el transporte ferroviario mantiene unos precios estables y competitivos, lo que lo hace perfecto incluso para enviar mercancía en trayectos internacionales.

En resumen, tanto el transporte ferroviario como el marítimo son vitales no solo para las economías locales, sino también para la economía global y su importancia seguirá creciendo, en un espacio en que los puertos juegan un papel fundamental, ya que generalmente son el punto de conexión entre ambos medios de transporte. Además, ambos medios de exportación ofrecen ventajas en términos de costos y capacidad, escenario donde el transporte ferroviario puede ser una opción importante para conectar regiones aisladas, permitiendo un fácil acceso a los puertos marítimos.

Sin embargo, en América del Sur, el transporte ferroviario sigue siendo de menor importancia tanto a nivel nacional como subregional. Empero, con los problemas que afronta y afrontará el Canal de Panamá en el futuro inmediato, a lo que se sumaría el auge de la exportación y el interés renovado en el desarrollo de infraestructuras, existe la posibilidad de retomar el proyecto denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central, recordando por ejemplo que un estudio realizado por la CEPAL,  concluye en que es necesario iniciar un proceso que tome en cuenta los impactos del transporte y la movilidad de las cargas, poniendo énfasis en el potencial del desarrollo económico de regiones aisladas a través de la integración ferroviaria con países mediterráneos como Bolivia.

Y aquí cabe hacer y hacerse una pregunta: ¿Si no se hace realidad el citado corredor ferroviario, en que basaríamos el desarrollo inclusivo y permanente tanto de nuestra región como de la macro sur? Por ello, al margen de nuestras simpatías y/o antipatías políticas, debemos impulsar a que en el escenario económico los políticos, las autoridades, las comisiones y los frentes cívicos estén en un segundo plano, y que, si llegan a actuar, lo hagan solo como promotores de la inversión privada. Inversión que solo se dará y tendrá éxito en la medida en que se cumpla un requisito principal y esencial: facilitar que el espacio social donde van a realizar sus actividades sea amigable para la inversión privada, garantizando una libertad amplia y trasparente en la gestión de los proyectos y en la toma de decisiones. Establecer objetivos claros y medibles para los proyectos, y evaluar su impacto en función de los resultados obtenidos. Permitir planificar adecuadamente los mismos, sin descuidar las necesidades y prioridades del país y la región, garantizando que los proyectos sean rentables y eficientes, maximizando el valor obtenido por el dinero invertido. Tras lo cual, podremos emprender o buscar un camino y actores que hagan realidad tanto el corredor ferroviario, como la modernización del puerto, aspectos que trataré en el próximo artículo.

En tanto les hago una pregunta: ¿Saben que no hay ningún barco que navegue internacionalmente con bandera peruana, pero que a pesar de ello existe una escuela marina que se encuentra en el Callao que se llama “Escuela Nacional de Marina Mercante “Almirante Miguel Grau”? Esta escuela es un centro de educación superior de nivel universitario con 50 años de vida institucional, encargada de formar profesionales y especialistas en el entorno náutico, así como del perfeccionamiento y capacitación técnica, de acuerdo a estándares establecidos por la Organización Marítima Internacional, los cuales una vez concluidos sus estudios usualmente emigran a otros países. ¡De Ripley!

Lo Último

ANÁLISIS Y OPINIÓN