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¿Hacia dónde vamos con Pedro Castillo?

POR: ENRIQUE LAZO FLORES    

Hace año y medio que Pedro Castillo asumió el poder para gobernar al país como presidente electo, en un ambiente de denuncias de fraude, rechazo a su clase social, de ser un provincianito salido de las alturas donde siempre el estado está ausente y se debate aún, en el marasmo de defenderse de intentonas de ser vacado, soportando una arremetida de interpelaciones y  censuras a su gabinete, que en este corto periodo, cambió hasta seis gabinetes integrando a personajes cuestionados, improvisados, denunciados, ex convictos, e investigados, que nada bueno refleja a un gabinete de gobierno que debe ser ejemplo de profesionalismo, capacidad, transparencia y sobre todo, honestidad, virtudes de las que adolece la gran mayoría de los integrantes de los ministerios.

A ello se suma el rumbo que hasta la fecha no puede darle a su gestión, una dirección que no tiene norte y que se debate entre optar por un modelo de gobierno de izquierda radical con la que ganó las elecciones y otro que demuestra ahora que está sentado en el sillón presidencial, donde se rodeó desde un principio de gente impresentable, políticos trasnochados y hasta de gente que se aprovecha de su ingenuidad y falta de liderazgo al frente del gobierno.

Esas posturas no le hicieron nada bien a Pedro Castillo, que lejos de mejorar su discurso político, caía en errores garrafales cada vez que salía el exterior, donde demostraba su mediocridad de político y relucía su torpeza como mandatario de una nación de más de 33 millones de ciudadanos y con una amplia plataforma de culturas, las mismas que hasta hoy les reclama y le enrostran que no es el verdadero representante de la clases más necesitadas, de los ciudadanos del Perú profundo, como él mismo los llama.

La vorágine de su política inestable, de sus decisiones de gobernante, está cayendo en un marasmo de incertidumbres de las que el pueblo se está cansando, los propios simpatizantes que ayer lo eligieron muestran su desagrado, los que ayer lo defendían en el congreso empezaron a darle la espalda, asimismo, tercamente se mantiene en el cargo, pese a que se le ve  agobiado por las denuncias de presuntos  actos de corrupción de miembros de su entorno familiar más cercano, de las que él sería el cabecilla de una banda criminal como lo señaló la fiscalía que lo investiga, donde tirios y troyanos le piden que dé un paso al costado, pero él insiste en su inocencia, lo que está agravando su situación que profundiza la fosa que está cavando, lo que podría ser su tumba definitiva en la política del país.

Hechos que agrava su situación política está a la vista, desde los inicios de su gestión se le comprometen con la mafia de los ascensos en el Ejército, la manipulación de su secretario general, los hechos en el domicilio de Sarratea, los presuntos negociados con Karelim López, las denuncias contra su ministro Silva, en fin, una serie de hechos que sería largo enumerar y que están en proceso de investigación, lo señalan como autor intelectual y protector, al extremo que estos hechos se debate en medios de comunicación de alcance  internacional, está dejando mal parado al Perú.

Todos estos hechos son tomados en cuenta y muchas otras más por el Poder Legislativo que le “soltó los perros de caza” desde el inicio de su asunción al cargo, y en muchos casos con razón, porque al igual que el ejecutivo el legislativo esta duramente cuestionado al extremo que ambos poderes del estado tienen una mínima aceptación de la población quienes en muchas ocasiones y movilizaciones que se hicieron, se manifestaron en el sentido que se vayan todos y que se llame a nuevas elecciones.

Esta percepción es generalizado en varios sectores, sobre todo en el sector de la economía, donde después de la pandemia, creció el mercado ambulatorio por la falta de puestos de trabajo, la desocupación de millones de peruanos les pone en la orilla de la desesperación, al extremo de salir a las calles, exigiendo mejoras económicas para los trabajadores permanentes que son cada día más escasos, reclaman atención a los ambulantes que cada día se suman por miles en las calles, el constante alza del costo de vida, y las pocas oportunidades de trabajo, se hace insostenible su permanencia de Pedro Castillo en el poder.

Hoy vemos que la economía del país se debate en una encrucijada, se ve de lejos que la incapacidad del mismo presidente, hacen que no le ponga atención a lo que es la única alternativa que tiene Pedro Castillo para salir de los problemas económicos que esta gestión está generando, la minería formal y responsable, la misma que en tiempos de pandemia, se puso al hombro la  situación sanitaria del país, ayudando y colaborando con el estado, a salvar miles de vidas, al extremo de convertirse hoy, en el motor del desarrollo en las regiones donde operan, la cual es reconocido por la mayoría de los peruanos.

Empero, lejos de ponerle la atención debida al sector minero, Pedro Castillo arremete contra su “socios” que le ayudó a sostener y mejorar su economía, permite que los antimineros y los mineros informales, atenten contra la propiedad privada y hagan destrozos y en muchas ocasiones paralicen la producción que  a la postre, perjudica no solo a  las regiones donde operan, sino, al propio país, con el pago de impuestos que son traducidos en dineros que van al  Canon Minero, que lleva desarrollo y progreso, mejorando la calidad de vida de millones de peruanos.

MUCHO POR HACER

Hay mucho por hacer para mejorar la minería, que es realmente el sostén de la economía del país, atender a que tenga las garantías adecuadas para seguir generando trabajo y mejorar la economía, se necesita que el estado esté presente en el lugar donde se genera la riqueza, promover el diálogo entre las comunidades, el estado y la empresa privada. Se necesita impulsar la cultura de mirar con más afecto a la minería formal transparente y responsable.

Debemos tener en cuenta que el Perú tiene gran potencial en la minería y solo se explota la minería horizontal y no la vertical, en ese escenario está probado que tenemos minería de 600 años a 2000 mil años más y no le damos la importancia necesaria, pese a que tenemos más de 58 mil millones de dólares en proyectos paralizados y que no se explotan. Están allí esperando que se actúe de manera responsable desde los poderes del estado, pero no, mientras en el legislativo se destrozan entre ellos, en el ejecutivo buscan una ruta para enmendar errores y sacar al país por el rumbo que no encuentran, les domina la miopía de sus ministros y la falta de liderazgo de un presidente que cada día se va sepultando solo en sus errores.

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