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26 noviembre, 2024 8:23 am

Fracaso regional: Majes Siguas II

El epílogo del fracaso en la ejecución del proyecto es el reconocimiento del GORE Arequipa de no poder manejarlo y el pedido de Rohel Sánchez de trasladarlo al gobierno central y al ministerio respectivo. 

POR JORGE ACOSTA ZEVALLOS

ECONOMISTA DEL CEOP ILO

La entrega del proyecto Majes Siguas II por parte del Gobierno Regional de Arequipa (GORE Arequipa) al Gobierno Nacional – Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) tiene un significado principal: el fracaso regional. Larga es la historia que debió resultar en la irrigación de 38,500 hectáreas y la generación de un millón de empleos directos e indirectos y, por supuesto, un positivo impacto en la región sur del país. Pasaron 14 años de ejecución del proyecto y solo se avanzó el 11%, y de esta manera, la oferta agroexportadora quedó solo en un sueño.

El proyecto consistiría en tomar aguas del río Apurímac entre las fronteras de Cusco y Arequipa, que deberían ser almacenadas en la represa de Angostura, en el territorio de Pusa Pusa. Con diversos canales y bocatomas, se derivaría el agua hacia las irrigaciones de Majes y Santa Rita de Siguas, irrigando las treinta mil quinientas hectáreas. Más de una década se llenó de conflictos. El primero y sucesivo fue entre la constructora Cobra Infraestructuras Hidráulicas y el GORE Arequipa. La primera argumentaba que no se le entregaban puntualmente los compromisos financieros asumidos y que había permanentes enmiendas al diseño del proyecto, mientras que el segundo señalaba que se entregó el 78% del presupuesto del proyecto y el avance de obra solo era del 11%. De esta manera y por otras razones, el proyecto quedó trabado. Los presidentes y gobernadores regionales Vera Ballón, Manuel Guillén, Yamila Osorio, Cáceres Llica, Kimmerlee Gutiérrez y el actual Rohel Sánchez se sumaron al trabamiento (Ojo Público).

Los aplausos por la transferencia del Gobierno Nacional en 2003, durante el gobierno de Toledo, de la Autoridad de Majes (AUTODEMA) al Gobierno Regional, fueron por el gran comienzo de la descentralización de las competencias del centralismo a las regiones. Hoy, los arequipeños y sureños no pueden hacer lo mismo porque es evidente que es el mayor fracaso del sueño de ampliar la frontera agrícola. El proyecto proponía que los comuneros y alpaqueros del área donde se ubicaría la represa de Angostura serían reubicados en terrenos productivos. Pasaron los años y ninguno fue atendido. Se recuerda también que en el año 2008 el GORE del Cusco se opuso al proyecto e inició un juicio por el uso de las aguas del río Apurímac, sobre la que ellos consideraban como suya. En medio del conflicto, en el 2010, el proyecto se puso en concurso y se adjudicó al Consorcio Angostura – Siguas, conformado por las empresas Cobra Instalaciones y Servicios S.A. y Cosapi S.A. Alan García, gobernante de ese entonces, lo consideró como el mejor logro.

En la red social El Búho, se indica que en el 2011 el Poder Judicial sentenció que se realizaran estudios de balance hídrico e impacto ambiental como condición para continuar el proyecto. Si bien el estudio favoreció a Arequipa, el Cusco siguió reclamando. Por ello, en el 2012, Guillén invocó a Cusco a compartir los objetivos e intereses comunes con ellos. En el gobierno de Humala pusieron la primera piedra para la reiniciación de la segunda etapa. Pero, en realidad, se crearon nuevas piedras en el camino. En la gestión regional de Yamila Osorio avanzarían con la instalación de la tuneladora. Al mismo tiempo, afloraron más desacuerdos con los comuneros y la constructora, y el proyecto se paralizó. Según la misma red social, en el 2017 Pedro Pablo Kuczynski y Yamila Osorio inauguraron el Túnel Trasandino para traer las aguas del río Apurímac y su represamiento en Angostura. A fines de ese año, la concesionaria Angostura Siguas paralizó las obras con el argumento de que el sistema de riego del proyecto del 2010 era obsoleto y se debería hacer una nueva adenda con actualización de costos adicionales por 100 millones de dólares.

Empedrado es el trajín histórico del proyecto, lleno de contradicciones, acusaciones, frustraciones y dispendio del gasto presupuestal público. Los conflictos seguirían, y es la Adenda 13 la que demoró más en concretarse. Sin embargo, se incrementan los juicios entre las partes que Kimmerlee Gutiérrez no lograría superar. En el 2023 el GORE aprobó la solicitud de arbitraje con la empresa Cobra. En febrero de 2024 la Procuradora Pública regional anunció que conformó el Tribunal ante la Cámara de Comercio de Lima (CCL), y de esta manera el proyecto seguirá paralizado. El epílogo del fracaso en la ejecución del proyecto es el reconocimiento del GORE Arequipa de no poder manejarlo y el pedido de Rohel Sánchez de trasladarlo al gobierno central y al ministerio respectivo. Lo recibe el proyecto un gobierno desacreditado que gasta el presupuesto irresponsablemente, quedan sin resolver los pedidos de los comuneros de Caylloma y la probable desaparición de AUTODEMA. El fracaso significa que perdimos la oportunidad de contar hace 8 años con una irrigación importante y empleo seguro y multiplicador.

Análisis & Opinión