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25 abril, 2025 6:20 pm

El poder sanador del perdón

Aclaro que perdonar no es aceptar el daño, ni excusar a la persona que lo cometió, ni amar o acercarse nuevamente a ella.

POR: ANGÉLICA ESPINOZA ORTIZ     

Este mes es mi favorito, al igual que para muchas personas, pero no por los regalos, el gasto o la algarabía; sino por la oportunidad de disfrutar una temporada donde todos estamos más amables, compasivos y logramos reunirnos con la mayor parte de nuestra familia.

Soy Angélica y nací de buenos padres. Tengo dos hermanos y dos hermanas fabulosas, cada uno con sus virtudes, dones y bondad, en mayor o menor medida, y con una paciencia poco desarrollada. En estas fechas los recuerdo más y trato de acercarme a ellos siempre que puedo. Hasta el día de hoy, no he odiado a nadie, ni siquiera a quienes me han hecho daño. Eso lo aprendí de mi mamá, porque es muy compasiva. A ella la pueden haber maltratado de diferentes formas, pero si luego esa persona vuelve por ayuda, se la dará. Para ella, sus cinco hijos y siete nietos son lo más preciado que tiene en este mundo. Además, ha adoptado a cinco hijos más.

Recuerdo que cuando mi hermano mayor tenía 18 años tuvo que viajar a Japón, y esos fueron los primeros años en nuestras vidas que pasamos la Navidad lejos de uno de los siete integrantes de nuestra familia en ese entonces. Él no lo sabe, pero cada diciembre sollozábamos al recordarlo y esperábamos el milagro de tenerlo de vuelta.

Les comento que en la vida cometemos muchos errores, algunos más dolorosos que otros. ¿Saben? Uno de los más difíciles, y que según mi conocimiento parecía imposible de perdonar, me lo enseñó la psiquiatra española Marian Rojas Estapé, quien logró comprender y aplicar la Terapia del Perdón con excelentes resultados.

Aclaro que perdonar no es aceptar el daño, ni excusar a la persona que lo cometió, ni amar o acercarse nuevamente a ella. Es decir, el perdón no es para beneficiar a la otra persona, sino para uno mismo, quien fue el o la agraviada. Tal vez pienses: “Claro, como a ella no le ha pasado algo tan trágico.” Es posible. Trato de comprender que, al recordar, aún te molestará o te llenará de una profunda tristeza. ¿Ves? ¿Te das cuenta? Aún te sigue dañando. Por eso necesitamos buscar la manera, ya sea por medio de una terapia psicológica, espiritual o analítica de los hechos, para que podamos perdonar, entendiendo que evitamos el cáncer emocional mientras menos sentimientos dolorosos guardemos.

Deseo que pases una hermosa Navidad, que no se limite a una glamurosa cena o a regalos carísimos, sino que encuentres paz mental en ese momento, rodeado de gente que amas. Seguro no son perfectos, pero te llenan, te ayudan, te dan calma y regocijo.

Análisis & Opinión