POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
A inicio del mes la Universidad César Vallejo (UCV) anunció el fichaje de José Paolo Guerrero Gonzáles para la presente temporada de la liga profesional de nuestro balompié. De inmediato, el club poeta envió al preparador físico para que entrene personalmente al “depredador” radicado en Brasil. Sin embargo, al cabo de una semana trascendió que el futbolista no vendría a Trujillo.
Lo primero que se especuló fue debido a problemas familiares, lo cual coincidía con el reciente nacimiento de su segundo hijo fruto de la relación con la influencer carioca Ana Paula Consorte. Pasado los días, la noticia que finalmente cobró relevancia es que se trató de problemas de seguridad, toda vez que el mismo día que firmó contrato, su mamá recibió mensajes amenazantes. Ante esta situación, la UCV ha sido claro ratificando su postura en hacer valer el documento suscrito por ambas partes; mientras que el jugador ha insistido mediáticamente en la inseguridad reinante en la capital de la eterna primavera, agregando que no podría ser demandado, puesto que “no me han dado ni un Sol”. Error, o mejor dicho ¡Horror!
Desde el momento que una persona estampa su firma en un contrato se plasma el acuerdo de voluntades, generándose derechos, deberes, y responsabilidades. En el presente caso, dadas las expectativas por su llegada, entendemos que los precios de las entradas se incrementarían, así como de las camisetas y souvenirs. De esto último, los sponsors han debido pagar más para colocar su marca en el lugar más visible de la indumentaria deportiva. Todo eso, con la negativa del pelotero, traerá indubitablemente consecuencias negativas para el club que deberá hacer frente a devoluciones dinerarias, incluyendo penalidades. Esto no entiende Paolo, o le cuesta hacerlo, o simplemente no quiere.
Y si ya esto no fuera suficiente, doña Peta declaró que fue ella la que presionó al “ídolo de barro” para que no arribase al país. De inmediato, la encumbrada periodista de espectáculos Magaly Medina le recordó a Guerrero Gonzáles que es momento de empezar a hacerse cargo de sus propias decisiones. Paralelamente, Beto Ortiz reaccionó increpándole “amigo tienes 40 años, crece”. Tienen razón. Una madre siempre va a querer lo mejor para su vástago. Pero una cosa es lo que piense este adorable ser querido, y otra es la soberana determinación que depende de cada uno.
Aunque siendo memoriosos, esta no ha sido la primera vez que el otrora “tú capitán, mi capitán, nuestro capitán” está envuelto en polémica. En octubre de 2017, dio positivo al control antidoping siendo suspendido por 6 meses. Lejos de reconocer la falta, apeló la sanción, acusando a la Federación de no haberlo apoyado. Al final, la FIFA amplió el castigo a 14 meses dejándolo fuera de la cita mundialista.
Meses después, su progenitora culpó al ídolo Claudio Pizarro de haber estado detrás del dopaje, aunque luego se retractó. No obstante, ello, Guerrero jamás desmintió esta versión. El “bombardero de los Andes” por su parte nunca respondió estos agravios. ¡Qué diferencia entre aquel que lo ha ganado todo a nivel de Europa, con este controvertido personaje!
En definitiva, Paolo debe renunciar al fútbol y dedicarse a seguir invirtiendo en sus negocios, no solo por la edad que lo acompaña, sino además por su permanente conducta antideportiva que lo hace una persona no confiable. Pero, no lo hará porque vive en su mundo raro.