El juramento de Bolívar en el Monte Sacro

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)

Cuando hacemos un juramento, ponemos a Dios como testigo, para afirmar o negar algo, un juramento es algo sagrado que, pronunciado por una persona, también lleva la promesa de realizar algo que muchas veces va más allá de su propia existencia, y lejos de prometer por un asunto individual, se jura por la realización y logro de la felicidad social de los otros, como fue lo que protagonizó Simón Bolívar y Palacios, el 15 de agosto de 1805.

Tras los 216 de ese juramento, se puede reafirmar, que Simón Bolívar es un personaje de la Historia Universal, y no solo de la historia de Venezuela, y de historia del Perú, su figura va más allá de la historia de Latinoamérica, ubicándolo como un gran protagonista de la independencia de 5 repúblicas, que nacieron a la vida libre de la corona española, con su genial participación.

Bolívar nació en julio de 1783, en Caracas, capital de la Capitanía General de Venezuela, un dominio español, en el que igual que en los virreinatos hispanoamericanos, existía una estructura social basada en la desigualdad por estamentos irreconciliables. Esta visión la tuvo Bolívar desde que era niño, y pese a pertenecer a un estamento privilegiado, hizo empatía con la situación de los otros, al punto de pensar en la independencia de su país, del gobierno español, y de cualquiera que quisiera inmiscuirse en su soberanía.

La intensidad de la vida de Bolívar, está asociada en parte, a las enseñanzas de su maestro Simón Rodríguez, otro ilustre venezolano que murió en Amotape, en el Valle del Chira, departamento de Piura, fue este maestro quien influyó en la formación del futuro libertador, al punto de hallarse presente cuando, muy joven aún, casi a los 22 años, hizo un juramento en el Monte Sacro, en Roma, lugar en el que se encontraba, después de enviudar de su joven esposa María Teresa Rodríguez del Toro.

Cuando Bolívar hizo el juramento, dos personas fueron testigos presenciales, Simón Rodríguez, y Fernando Rodríguez del Toro, primo hermano de su esposa, que debe haber tenido ideas liberales, y haber sido partidario de la independencia de América. Simón Rodríguez había logrado que Bolívar saliera de la pena por la muerte de su esposa, fortaleciendo su deseo de participar en la política y redoblar sus propósitos por la causa de la libertad de Venezuela.

Bolívar ya no sería el mismo, se convertiría en un hombre público después del juramento, sin lugar a dudas le esperaba un gran destino, ser una figura trascendente, que vencería al tiempo, para quedarse eternamente en la memoria mundial. El 15 de agosto de 1805, en el Monte Sacro de Roma juró solemnemente libertar a su patria, y al regresar a Venezuela al año siguiente, ya era abiertamente, parte de la causa libertaria.

Se documenta el hecho histórico del juramento, en el que pronunció estas palabras: «Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español».

Simón Rodríguez dejó un testimonio sobre el juramento hecho en el Monte Sacro. La causa por la independencia de Venezuela lo llevó a pensar y a luchar por la independencia de las otras colonias hispanas en Sudamérica, su compromiso fue con la libertad de todas, y no estaría tranquilo hasta que la América fuese libre.

Su escenario mayor en el Perú, fue en la batalla de Junín del 6 de agosto de 1824, donde el ejército que comandaba venció a los realistas que estaban al mando del general Canterac, eso contribuyó a desestabilizar a los fieles al Rey, que enfrentaban al mismo tiempo, problemas internos que los hacían enfrentarse entre ellos en la toma de decisiones. El genio de Bolívar perdura, y continuara como una gran figura, a casi 200 años de su muerte.

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