POR: JULIO FAILOC RIVAS
¿Será el refrendo de Bruno Pacheco y de Luis Pasapera a las declaraciones de su socia la lobista Karelim López –aspirante a colaboradora eficaz– el inicio de la caída de Pedro Castillo? ¿O es una movida más para desinflar la ofensiva de la vacancia como lo pretendió hacer ayer el presidente en el Congreso?
Responder estas preguntas va a depender de los intereses de los actores involucrados, de sus cálculos políticos y de una gran dosis de responsabilidad que, al parecer, en política, esto prácticamente lo tenemos perdido. Exigir responsabilidad en política a nuestros políticos es como pedirle peras al olmo.
Que Bruno Pacheco salga a decir públicamente que está dispuesto a “ser colaborador de la justicia” es un mensaje desesperado a Castillo para salvar su pellejo por los delitos que pesan contra él. Como se sabe, Pacheco le habría dicho a la lobista López que “hay que estar preparados, porque no me voy a perjudicar solo, si en algún momento me culpan por algo, yo voy a contarlo todo, que asuma Pedro Castillo su responsabilidad”.
Castillo entendió el mensaje y habría neutralizado a Pacheco. Sin embargo, que no haya asistido a la diligencia que tenía con la fiscalía de lavado de activos terminó siendo el detonante que necesitaba la oposición para poner en jaque a Castillo con 76 votos, obligándolo a comparecer ante el Congreso, empero, el asunto era más simple: el presidente arrugó y no le quedó otra que ofrecer el apoyo a Pacheco para evitar que éste empiece a cantar.
La situación de Castillo podría agravarse, dado que aún queda pendiente las declaraciones de Luis Pasapera, el hombre clave del caso Karelim López-Pedro Castillo, quien, al cerrar esta edición, será interrogado por la fiscal, dónde se sabrá si es cierto o falso lo declarado por la lobista López en relación a la vinculación del presidente con la dirección irregular de las obras del Ministerio de Transporte. Si Pasapera confirma lo señalado por Karelim López se abrirá la caja de pandora y el asunto de la vacancia, como lo venimos afirmando, es un asunto de tiempo, cuya cuenta regresiva podría activarse en cualquier momento.
No obstante, los 87 votos son los que al final cuentan, y ello depende de que Dina Baluarte se comprometa a asumir la presidencia y les garantice a los Congresistas que no se irán detrás de Castillo. La vacancia en ciernes pende de un hilo, ¿será el inicio del fin del gobierno de Pedro Castillo?