- Clasificados -

El día 100 de Gilia

POR: JULIO FAILOC RIVAS      

Le quemó el pan en la puerta del horno al experimentado y “campañero” Jaime Rodríguez, el hombre de la carretilla, quien fuera elegido dos veces gobernador de Moquegua. Se llama Gilia Ninfa Gutiérrez Ayala, una joven de 32 años que despliega un carisma poco usual, y que hace unos días cumplió los 100 días en el cargo de gobernadora.

Los resultados de los primeros 100 días de la joven gobernadora, más allá de los comentarios de quienes no le perdonan haberles ganado la elección y arruinado el negocio, muestran una gestión auspiciosa con una proyección política interesante. Cifras al canto, para no quedarnos en el análisis vacío sin fundamento.

Revisando un documento sobre las promesas que hizo en campaña para los primeros 100 días de gobierno, puedo inferir hasta cinco compromisos: 1) 3,000 puestos de empleo; 2) la Agenda Moquegua; 3) el ordenamiento de la casa –o sea del Gobierno Regional–; c) La reorganización de Pasto Grande; y d) la generación de oportunidades para los jóvenes.

En cuando a trabajo, la gobernadora informó que se había superado largamente la meta, habiéndose alcanzado los 4,356 puestos para la población de la región, la mayoría de ellos temporales. Llegar a esta cifra de empleo tiene que ver, por un lado, con la buena decisión de no paralizar ninguna obra –salvo aquellas dónde se habían detectado irregularidades– y por otro, a las políticas de ejecución de obras bajo administración directa, modalidad que ha demandado mano de obra local.

Con respecto a la agenda Moquegua señaló que se había iniciado la articulación con alcaldes provinciales, distritales, empresas privadas, academia y sociedad civil organizada, lo que va a permitir construir una visión común de desarrollo que garantice el alineamiento del conjunto de actores en tormo a una agenda con proyectos estratégicos consensuados.

Sobre ordenar el Gobierno Regional, ha referido que está en proceso una auditoría de las tres últimas gestiones –por presuntos actos de corrupción–. La señorita Gobernadora reconoció que ésta promesa de campaña sobreexcedía sus competencias como gobernadora, pero que había tomado la decisión de revisar contable y financieramente el Hospital Regional y que además realizaría un diagnóstico del estado situacional del proyecto Lomas de Ilo, que compromete a las tres últimas gestiones. De encontrarse algún acto de corrupción, ella gestionaría la información ante las autoridades competentes, caiga quien caiga.

En relación a la reorganización de Pasto Grande, no mostró mayores avances y es que, valgan verdades, una acción de esta dimensión supera los límites de los 100 días de gobierno. Pasto grande es un problema que se arrastra y crece por décadas, de un manejo irresponsable. No obstante, mostró avances importantes, como el aseguramiento de agua para períodos de sequía y estiaje, el inicio de obras para separación de las aguas contaminadas del río Coalaque beneficiando a la agricultura; y la recuperación de terrenos invadidos de la faja marginal del canal Pasto Grande.

Finalmente, otro logro importante mostrado ha sido la generación de oportunidades para los jóvenes, con la entrega de 400 becas integrales para estudiar en la Universidad Católica de Arequipa, capacitación de jóvenes para insertarlos en el mercado laboral y la creación de la subgerencia de la juventud la que seguirá generando más oportunidades para los jóvenes.

Dos cosas me llamaron la atención: la primera, es el récord en la ejecución presupuestaria, que además ubicar al Gobierno Regional de Moquegua en el segundo lugar a nivel nacional, ha superado largamente lo ejecutado en las tres últimas gestiones juntas; y la segunda, haber hecho justicia a las provincias de Ilo y Sánchez Cerro con más presupuesto, en el primer caso lo duplicó y en el segundo caso lo ha quintuplicó.

Tal vez ella no lo sepa, pero es la gobernadora más joven que ha tenido el Perú en su historia republicana, quien tiene bajo su responsabilidad la difícil tarea de demostrar que los jóvenes pueden hacer una buena gestión y –como ella lo ha señalado en su presentación de resultados de su gestión en los primeros 100 días– que es posible gobernar sin mentir ni robar.

De ser así, con esperanza asistimos a la apertura de un período en la región en el que jóvenes y mujeres –hoy alejados de la política por considerarla sucia– recuperarán la política para ponerla al servicio del bien común.

Análisis & Opinión

ANÁLISIS Y OPINIÓN