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25 febrero, 2025 4:30 pm

El cuentazo de PPK

PPK negoció la libertad del expresidente Alberto Fujimori a cambio de votos para no ser defenestrado.

POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA     

Reapareció, y lo hizo con vehemencia. Tras una prolongada ausencia del escenario político, Pedro Pablo Kuczynski ha vuelto concediendo entrevistas para distintos medios de comunicación, respondiendo cada una de las interrogantes, pero por sobre todo quejándose. Desde su examigo Martín Vizcarra hasta Keiko Fujimori.

De esta última, le reconoció su natural candidatura aunque le recomendó postular en 30 años. De su exvicepresidente, le increpó ser mentiroso compulsivo y de haber complotado con la oposición para vacarlo, vaticinando que acabará en cana…da. También lamentó las penurias económicas que viene atravesando por los procesos judiciales, incluyendo los embargos a sus inmuebles (según refiere su casa en el distrito de Cieneguilla se la devolvieron en ruinas), y su pensión como exmandatario (de S/ 15 mil a S/ 5 mil). Recordemos que la Fiscalía pide para PPK 35 años de cárcel por el delito de lavado de activos con el agravante de pertenecer a la organización criminal relacionada con la corrupta Odebrecht.

En suma, el exjefe de Estado hizo una catarsis comunicacional.

Pero, como no todo lo que brilla es oro, y no todo lo que una persona dice necesariamente es verdad, las palabras del exgobernante contienen, cuanto menos, algunas lagunas. Conocemos, y no de ahora, que es lobista, y de los buenos. El problema es que esta actividad privada la hizo (o mejor dicho, no dejó de realizarla) cuando le tocó ser funcionario público, más precisamente al haber sido designado por Alejandro Toledo como ministro de Economía, en evidente conflicto de intereses. La trama, en resumen, es que PPK tenía una empresa llamada First Capital, y su socio (que en realidad era su asalariado), el chileno Gerardo Sepúlveda, dizque efectuó diversas asesorías financieras a la corrompida brasilera. Según la tesis del Ministerio Público es que esos trabajos jamás existieron y fueron pagos encubiertos a favor de Kuczynski. En buen romance: coima.

Ya en el poder, formó lo que él mismo denominó “gabinete de lujo”, aunque año y medio después, con sucesivos cambios ministeriales y de acuerdo a lo citado en su momento por un diario de circulación nacional, pasó a llamarse el “gabinete de lejos”. Frívolamente tomaba decisiones, como cuando hizo formar a todo el gabinete a primera hora en el patio de Palacio para los ejercicios matutinos; o, cuando despachaba alrededor de las 10 am, y esto porque tenía que darse un buen chapuzón, con desayuno ejecutivo incluido, en un exquisito club capitalino; o, cuando en la primera sesión del Consejo de Ministros imprimió una suerte de mandamientos (7 en total) sobre lo que tenían que hacer los Titulares de Cartera, siendo anecdótico que el primero de ellos fuese “ser absolutamente incorruptible”. Irónico, ¿verdad?

Debilitado por la banalidad en el ejercicio del cargo, buscó apoyó en la oposición controlada mayoritariamente por el fujimorismo, y encontró en Keiko, con la mediación del entonces Cardenal Juan Luis Cipriani, la ayuda que necesitaba. Pero, como era su costumbre, PPK confundió las cosas, creyendo que eso (la palmada en el hombro) le daba cheque en blanco para hacer lo que le daba en gana. Y, en cuanto a su relación con su excompañero de plancha presidencial y exministro, sabía de quién se trataba, tuvo tiempo suficiente para investigarlo (Kuczynski afirmó en una entrevista que semanas antes de su inminente renuncia lo confrontó por reunirse secretamente para destituirlo), y darse cuenta de las tropelías que cometió cuando fue GORE de Moquegua.

Así que no creamos que se trata de un santurrón. PPK negoció la libertad del expresidente Alberto Fujimori a cambio de votos para no ser defenestrado. Lo demás es un cuentazo.

Análisis & Opinión