El Covid-19, tal como viene expandiéndose en el mundo y en nuestro país, a la espera de llegar al “pico” de la curva, y varié su tendencia hasta que se aplane y evitando su rebrote, en todo este tiempo de “duración” de virus, hasta su aplanamiento y minimización, apoyados por los protocolos, acciones de salud pública, en una cultura preventiva, nos conllevaría a un “cambio en nuestras acciones diarias, costumbres cotidianos y tal vez nuestros hábitos a futuro”, para no infectarnos; estos patrones de vida, salubridad y conducta influirá en nuestros que hacer del “día a día”, a nivel familiar e interpersonal, en los negocios y la economía en su conjunto, para nuestra adaptación al medio, donde cada cultura insertará en él sus creencias y valores.
Es decir el coronavirus, tendrá un impacto en lo político, social, cultural, tecnología; en la economía, como en nuestro país que entró en recesión (crecimiento negativo), en el mes de marzo, y que se explica con la siguiente data certificada.
LA ECONOMÍA AL I TRIMESTRE 2020
Para comprender como estamos y terminamos marzo, consideramos los siguientes agregados: a) PBI; b) El PBI: Por tipo de Gasto; c) La Balanza Comercial (Ver cuadro)
A marzo del 2020 la balanza comercial es deficitaria en US$ – 252.0 millones de dólares, porque las importaciones superaron a las exportación, en esa cifra; al margen que los volúmenes de ambas variables disminuyeron, por efecto del Covid-19.
Es importante precisar que cerca del 70.0% son exportaciones tradicionales (minerales, petróleo, productos agrícolas) y el 30.0% son exportaciones no tradicionales. La menor demanda de las importaciones se debe a que disminuyeron la importación de bienes de consumo, así como de los insumos y bienes de capital.
Si comparamos el I trimestre del 2019, con el I trimestre del 2020, si bien la balanza comercial en ambos trimestres son positivas, ha disminuido fuertemente de US$ 1,284 millones de dólares a US$ 529.0 millones, respectivamente; ello explica también la contracción de nuestra economía al I trimestre del 2020, como se aprecia en el cuadro adjunto.
EL CICLO: ANTES, DURANTE Y DESPUÉS
El virus y su impacto en la economía y lo previsible hasta fin de año, nos conlleva a que habrá un antes, durante y después de Covid-19 por lo que demos de sentar las base para reflorecer nuestra economía; pues el virus desnudo nuestro frágil sistema, servicios y redes de salud, la educación; servicios vistos y ejecutados como negocios, cual vil mercancía y no como un derecho, que sumado a Lavajato que nos mostró el nivel de nuestra clase política y los “puentes y alianzas estratégicos”, en el direccionamiento de las grandes inversiones de infraestructura en el país y que continuaba de “gobierno a gobierno”; que sumado a que no fueron “30 pesos, sino 30 años de modelo neoliberal en Chile; donde colapso entre otros el modelo importado de las AFP, donde el trabajador activo promedio se consideraba clase media y cuando cesa o jubila, pasa a ser pobre (salto del segmento B o C al D o E), ¿qué significa? Exclusión, si exclusión en la etapa más larga de la vida, la vejez; llego el momento de hacer, fortalecer e innovar por el bien común, con el respeto a la persona, la familia y por un jornal, salario o pensión ética y digna.
CÓMO NOS AFECTARA EL COVID-19
El Coronavirus está afectando y afectará Latinoamérica, el país, nuestras regiones y con más fuerza las regiones fronterizas por su dependencia externa; desde lo comercial, turístico, financiero, económico, nuestra forma de vida, es decir un antes, durante y después del coronavirus, afectará nuestro día a día; se estima que en lo económico-comercial-turístico, generaría lo siguiente:
La disminución del ritmo la actividad económica, unos sectores y negocios, más que otros.
Los protocolos “dificultarán” por cuestión de costos e inversión a los micro-emprendimientos, negocios informales y emprendimientos.
La caída en la demanda de servicios de turismo, afectando fuertemente a la hotelería, restaurant especialmente los que están en el grupo de los no categorizados.
Baja de los precios de los productos básicos (commodities), principalmente de nuestras exportaciones (donde cerca del 70.0% son exportaciones tradicionales sujetos a la demanda externa y a los precios de los commodities/materias primas).
Mayor aversión al riesgo de los inversionistas y empresarios, a pesar de que habría mejores condiciones de financiamiento (al bajar las tasa de interés de referencia una de la más bajas de América Latina 0.25%), plazos y periodos de gracia; pues todo dependerá cómo reacción el mercado, las oportunidades y la conducta del consumidor.
Interrupción en las cadenas de valor, procesos y la cadena de pagos, alterará las relaciones de negocio y compromisos asumidos.
Lo positivo de la pandemia, es que aumento el uso de la tecnológica y las relaciones digitales: el teletrabajo, las reuniones por video-llamada; puede ser una oportunidad y posibilidades, para reorientar nuestra economía; para ello se necesita repensar en todo, se requiere una cosmovisión post-coronavirus, para sobrellevar y actuar responsablemente, en este escenario tan difícil que tenemos por delante, “pues andaremos por las mismas pistas, pero con otras características”.
CONSIDERACIONES FINALES
El Covid-19, conllevo a que al mes de marzo del 2020, se contraiga nuestra economía en 16.4%, junto a todos los sectores de la economía, así como un menor consumo e inversión y deterioro de nuestro comercio exterior, con una balanza deficitaria, así como la reducción de las exportación e importaciones, que es respuesta a nuestra recesión económica, que nos llevara a la pérdida de empleos, mayor desempleo y subempleo, reducción de los ingresos de los trabajadores y la baja en la recaudación de los ingresos, impuestos y tributos.
El Covid-19, marcara un antes, durante y después en nuestra economía, de ahí la necesidad de un Plan de Reactivación de muy corto plazo, de alto impacto.