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El cobre del futuro

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS      

Las perspectivas de la demanda de cobre a nivel internacional presentan dos extremos. Por un lado, se afirma que el cobre aumentará de manera significativa en la próxima década, mientras que por otro lado se espera que disminuya en algunos periodos.

Aunque prever el futuro del mercado de materias primas no es fácil, especialmente en un mundo impredecible con rápida renovación tecnológica y constantes cambios debido a la creciente multipolaridad de los países, enriquecimiento de las castas financieras en un 2% en comparación con los ingresos cada vez menores del resto de la población mundial, epidemias, guerras continuas e inestabilidad política de los gobiernos. Sin embargo, hay algunas tendencias que se pueden extraer en cuanto al papel del cobre en el mercado internacional. En primer lugar, la demanda de cobre está aumentando debido al intenso uso en innovaciones tecnológicas como computadoras, teléfonos móviles, automóviles eléctricos, electrificación industrial y familiar, armamento de guerra e incluso satélites.

En segundo lugar, aunque el cobre está presente en todas partes, la cantidad disponible para explotación es limitada, ya que solo se encuentra concentrado en algunas áreas geológicas y geoquímicas en un 0.2%. Además, son pocos los países que pueden explotarlo de manera rentable, entre ellos Chile, Perú, China, la República Democrática del Congo, Estados Unidos, Rusia, Zambia, Australia e Indonesia.

Contradictoriamente, el cobre es uno de los principales activos para la preservación del medio ambiente, ya que los vehículos con motores de combustión interna son contaminantes, mientras que los vehículos eléctricos contribuyen a la reducción de emisiones. Si la tendencia de sustituir vehículos de gasolina por vehículos eléctricos se consolida en Estados Unidos, China y Europa, la demanda de cobre aumentará.

La respuesta lógica a esta premisa es que el cobre seguirá siendo un activo importante en el territorio, especialmente en el sur de Perú. Sin embargo, esto es solo una verdad a medias, ya que existen reservas abundantes de cobre en el mundo, pero su explotación no es competitiva en comparación con países como Chile y Perú. Las reservas de cobre siempre son mayores que la producción, lo que indica que si aumenta la demanda y los precios suben, se activarán nuevas explotaciones de cobre en otras partes del mundo con costos unitarios más bajos. Este proceso demora algunos años y eventualmente el mercado se satura, lo que puede llevar a una disminución de los precios. Además, los países consumidores de cobre están comenzando a reciclarlo para evitar un aumento desmedido en su precio.

En conclusión, la demanda de cobre está en aumento y es probable que los precios se mantengan en los niveles actuales. La economía circular del cobre se incrementará, especialmente en Europa. Habrá una presión considerable para autorizar la explotación de minas de cobre con menos controles, lo cual puede resultar en conflictos sociales debido a la escasez de agua y los impactos ambientales. Afortunadamente, las reservas de cobre son abundantes en comparación con la producción actual.

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