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23 junio, 2025 4:52 pm

El abuso de derecho a PPK

A la cacería de sus enemigos o examigos, y con blindaje descarado a los caviares, entra en escena.

POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA    

Suele decirse, medio en broma, medio en serio, que en el Perú nunca te aburres. Y sí, es cierto en variadas ocasiones. Nuestro exquisito país no deja de sorprendernos. Gratamente, desde luego, como la noticia de que The World’s 50 Best Restaurants (algo así como los Oscar en el arte culinario) premió el último jueves a Maido como el mejor restaurante del orbe.

Sin embargo, lo cotidiano son los escándalos políticos. En este momento, la coyuntura nos trae —nuevamente— al Ministerio Público, otrora organismo constitucionalmente autónomo, que de a pocos sigue perdiendo prestigio y credibilidad en la sociedad. La responsable, en esta ocasión, la titular del Pliego, Delia Espinoza.

A la cacería de sus enemigos o examigos, y con blindaje descarado a los caviares, entra en escena Pedro Pablo Kuczynski, quien se encuentra procesado por el presunto delito de lavado de activos al haber recibido aportes ilegales por US$ 100 mil de la empresa CASA, que forma parte del “Club de la Construcción”, bajo la modalidad del pitufeo. Desde el 30 de mayo pasado, el expresidente se encontraba con comparecencia libre, aunque tenía previsto para el 9 de este mes la audiencia de impedimento de salida del país por 18 meses.

No obstante, la mañana anterior, PPK fue retenido en el aeropuerto, no pudiendo abordar el avión que lo trasladaría hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Presurosos llegaron fiscales y levantaron acta. Pasadas las horas, la propia fiscalía solicitó al juzgado adelantar dicha audiencia para ese mismo día, llevándose a cabo y, como era de esperar, la judicatura aceptó el pedido del Ministerio Público. En paralelo, el abogado del líder de Peruanos Por el Kambio sostuvo que su patrocinado fue objeto de un “secuestro administrativo”, pues no tenía restricción para salir del territorio.

Más allá del proceso judicial en trámite (inocente o culpable, eso será oportunamente decidido en sentencia), queda la interrogante: ¿fue correcta la detención del exjefe de Estado? Las autoridades migratorias aducen que el exmandatario tenía alerta migratoria. Revisando los Lineamientos para las alertas migratorias, tenemos que la alerta migratoria es el aviso de vigilancia sobre una persona extranjera o nacional, que aparece registrada en el sistema integrado de Migraciones, sobre la base de hechos de interés migratorio, visualizándose a través de diversas ventanas electrónicas en el SIM-INM, SIM-DNV y SIM-RCM, según corresponda; y se clasifica en alerta de entrada y de salida. Esta última se “efectúa en el SIM-DNV y coadyuva al cumplimiento de sanciones impuestas por la autoridad judicial, por razones de sanidad, de seguridad nacional y/o protección de otro bien jurídico, contempladas en el artículo 49° del Decreto Legislativo N° 1350 – Decreto Legislativo de Migraciones”.

Ahondando un tanto más, el precitado artículo expresa que: “Los nacionales y extranjeros pueden ser impedidos de salir del territorio nacional por las siguientes razones: No portar su documento de viaje o intentar salir con un documento distinto al que ingresó al país, salvo las situaciones descritas en el Reglamento del presente Decreto Legislativo. Por registrar impedimento de salida u orden de captura dispuesta por autoridad judicial competente; por razones de sanidad; por no cumplir con las disposiciones establecidas en el presente Decreto Legislativo y su reglamento; y cuando no haya realizado su control de ingreso al territorio nacional, para el caso de personas extranjeras. Está claro que Kuczynski Godard no cumplía con alguno de estos requisitos; razón por la cual no tenía restricción para ausentarse de la patria. Entonces, ¿por qué esta vejación, considerando además su avanzada edad?

Debo puntualizar que el expresidente no es santo de mi devoción. Más aún, sigo considerándolo un caviarón caído en desgracia ante la misma progresía. Pero esto no desmerece aplicar siempre la frase constitucional que “la ley no ampara el abuso del derecho”. Y aquí, los subordinados de Delia Espinoza se ensañaron con Pedro Pablo, y groseramente.

Análisis & Opinión