Por: Vito Vidal (O11CE MEDIOS)
Ha terminado la Copa Perú 2021 para Nacional FBC y ha terminado mal; mal porque sabemos que había equipo para pensar en mayores instancias tal como este casi idéntico plantel lo demostró el 2019.
Ha terminado mal porque la ilusión era mucha y el fervor denotado en la innumerable cantidad de hinchas, casi convertidos en «fans» de hoy, exigía algo más que un solo gol por partido; porque además no afloró en algunos esa jerarquía ni calma tan necesarias en estas lides; porque esas virtudes no se les puede pedir más que a algunos cuantos de este plantel hoy casi sin referentes rebeldes ante la adversidad.
Hubiera sido mucho más lamentable si este Nacional nos hubiera cercenado algo tan poco valorado como es la deportiva actitud del perdedor: no terminó a las patadas ni al pelotazo, no apostó su suerte sino a lo que sabe y para lo que se preparó, subir diagramando pese a sus circunstanciales limitaciones. A pesar de la negativa adversidad «per se» se mantuvo, quizá tercamente, a su consigna habitual que tantos goles y triunfos le dio hasta hace año y medio. A veces no cambiar de esquema en medio de la derrota es una virtud.
Seguro reflexiones y críticas persistirán por algunos días más, pero creemos urgente el momento de pensar en el 2022, como bálsamo en estas horas aciagas. Lo necesita el fútbol mollendino, lo necesita su historia y la tradición de esos pocos campeones departamentales y regionales que sorbieron la gloria siempre incompleta, pero gloria al fin.
Dolorosa participación de Nacional que deja enseñanzas y lecciones para el presente inmediato del 2022.
O11CE agradece el esfuerzo y espíritu deportivo de nuestro campeón porque adivinamos mejores jornadas y nuevas alegrías: tropezones que la vida nos presenta y que, con humildad y ganas de mejorar, sólo serán recuerdo.
¡Gracias NACIONAL FBC…!