Descentralización, un fracaso más sí importa

POR: ÓSCAR VÁSQUEZ ZEGARRA    

Este 4 y 5 de mayo los modernos salones del Centro de Convenciones de Lima recobraron la agitación de mejores épocas, la pausa de la pandemia no ha cambiado el ánimo del personal. El presidente del Consejo de Ministros en coordinación con la Asamblea Nacional de gobernadores convocó a un llamado Consejo de Estado Regional.

En esta cita cumbre los gobernadores de las 25 regiones del país se reúnen con el poder ejecutivo, vale decir los ministros, para juntos superar las trabas de los proyectos paralizados y allanar el camino de las nuevas obras presentadas por los recién elegidos como titulares en las regiones.

En la práctica, es la misma reunión con iguales objetivos que se realizaban periódicamente con los gobiernos pasados llamados GORES descentralizados. Don Alberto Otárola estaba muy entusiasmado con el evento, como si hubiera descubierto el santo grial que impulse la descentralización. Con el cambio de ropaje se intenta convencer a la población que se trabaja en favor de los pueblos olvidados con nuevas estrategias.

Estas reuniones permiten a las autoridades regionales sentarse frente a frente con los ministros y exponer los problemas que muchas veces son producto de una burocracia torpe o peor aún, trabas inducidas para presionar en busca de arreglos bajo la mesa. Es sabido que para concertar una cita con un ministro se requiere mucha presión o hasta la ayuda de los congresistas. En este sentido la reunión es positiva.

Hace 20 años en la gestión del ahora inquilino de Barbadillo Alejandro Toledo, se dio el último y más potente impulso a la descentralización. Con la elección de los gobiernos regionales y su respectivo Consejo parecía que por fin habían cambiado los tiempos. Los resultados han esfumado ese sueño, la mezquina transferencia de responsabilidades y el eterno paternalismo de los gobiernos nacionales han remado en contra de los buenos deseos y esperanzas de la población.

La crisis política que convulsionó al país dejó consecuencias y aprendizajes, la Asamblea de gobernadores cerró filas en apoyo de la población. La lección aprendida es que solo unidos podemos alcanzar objetivos concretos.

En esta oportunidad la Asamblea ha tomado la iniciativa para dar un viraje potente a favor de las provincias. La conformación de las Mancomunidades Macrorregionales como la del Sur, que incluye a Cuzco, Arequipa, Tacna, Madre de Dios y Moquegua es una demostración de unidad para exigir transferencias de responsabilidades que faciliten las gestiones y un acuerdo para viabilizar obras integrales más allá de las fronteras que han truncado avances en el pasado. Puno sigue deshojando margaritas, la tragedia vivida en Juliaca ha dejado heridas difíciles de cerrar.

Hay mucho pan por rebanar en esta nueva etapa, la presidenta de la Macrorregión Sur Gilia Gutiérrez habló fuerte y claro ante la presidenta y los ministros, nuestras regiones exigen la administración de las concesiones en la mediana minería, Está demostrado que los conflictos con los mineros artesanales tienen en muchos casos origen en concesiones que no invierten nada y solo se aprovechan de la necesidad de los pequeños mineros para rentar áreas bajo su concesión, tergiversando de forma perversa el verdadero sentido de una concesión.

Hay soluciones que deben pasar por el Congreso es cierto, también hay otras que solo necesitan una reglamentación ministerial como un adelanto progresivo del canon minero que se entrega a medio año, dejando a los gobiernos regionales en una espera que desespera.

Hay una brecha en los servicios básicos de la población que solo se irán cerrando con inversiones dinámicas y proyectos sin tantas trabas burocráticas. Las cartas están sobre la mesa el tiempo nos dará la respuesta, si es una voluntad sincera de avanzar en la integración del País o solo son reuniones para las fotos en un intento del ejecutivo por limpiar su imagen ante los resultados de la percepción popular medidos por las encuestas.

Lo Último

ANÁLISIS Y OPINIÓN