POR: DR. PHD. JAVIER FLORES AROCUTIPA
Se ha dicho que la democracia en Venezuela es la peor de América Latina. La izquierda no sabe cómo defender la manipulación y la corrupción en el gobierno de Maduro. Al respecto, se ha publicado el documento «Corruption and Democracy: Comparative Dynamics of Uruguay and Venezuela», cuyo autor es Beniamin Linstad. Fue presentado como una tesis de maestría en mayo de 2024. (Ver gráfico de la comparativa).
Entonces, la comparación entre Uruguay y Venezuela pone de relieve un marcado contraste en la implementación y mantenimiento de los principios democráticos. La democracia estable de Uruguay se sostiene sobre instituciones fuertes, transparencia y la confianza pública. Sus recursos naturales limitados han contribuido a menores niveles de corrupción, y su participación en esfuerzos internacionales contra la corrupción ha fortalecido aún más su gobernanza.
En contraste, la democracia en Venezuela ha sufrido un deterioro significativo debido a altos niveles de corrupción, impulsados en gran parte por la mala gestión de su riqueza petrolera. La falta de transparencia, la aplicación ineficaz de la ley y las tendencias kleptocráticas han socavado la confianza pública y los procesos democráticos, lo que ha llevado a una inestabilidad política.
La democracia en Uruguay ha prosperado gracias a su compromiso con la transparencia, la rendición de cuentas y el estado de derecho, mientras que la democracia en Venezuela ha sido severamente debilitada por la corrupción y el autoritarismo. La diferencia clave radica en la gobernanza y la gestión efectiva de los recursos, donde Uruguay demuestra que las instituciones estables y el enfoque en la confianza pública son esenciales para una democracia funcional. Por otro lado, la dependencia de Venezuela en los recursos naturales y la concentración de poder en un gobierno kleptocrático han llevado al deterioro de los valores democráticos.
