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23 noviembre, 2024 3:42 am

Cuestión de confianza

Pero como en política hay sumas que restan y divisiones que multiplican, la negación de la cuestión de confianza no es tan fácil como parece.

POR: JULIO FAILOC RIVAS   

El gabinete Vásquez, acusado de “caviar” por la derecha e izquierda extrema, ha sido cuestionado, cada uno con sus razones y narrativas propias, adelantando que no le darán la confianza que exige su investidura. ¿Procederá la cuestión de confianza luego de la declaratoria de guerra de Perú Libre y de los cantos de sirena desaforados de las tres versiones del fujimorismo –López Aliaga, De Soto y Fujimori– cada día más facho y ¿terruqueador?

Perú Libre ha quedado atrapado en un círculo, de tanto irse a la izquierda ha terminado en la derecha al coincidir con los que quieren tirarse abajo el gabinete con la negación de confianza. Si de sumas se trata, por lo anunciado, debería ser fácil inferir que el gabinete Vázquez no lograría la confianza del Congreso.  Hasta ahora Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País tienen 43 congresistas, faltándole solo 23 votos de los 37 congresistas de la bancada de Perú Libre.

Pero como en política hay sumas que restan y divisiones que multiplican, la negación de la cuestión de confianza no es tan fácil como parece.

La bancada de Perú Libre en el Congreso anunció que no se reunirá con Mirtha Vásquez en la búsqueda de la cuestión de confianza, solicitándole una reunión al presidente Pedro Castillo para exigirle una recomposición del gabinete empezando por la presidenta del Consejo de Ministros y otros ministros que los consideran “traidores”. No obstante, un sector importante de la bancada de Perú Libre terminó por reunirse con la jefa del Gabinete.

La amenaza de Perú Libre de pasar a la oposición y no darle el voto de confianza al nuevo gabinete, tiene hasta dos hipótesis: la primera tiene que ver con la presión para recuperar su cuota de poder en el Consejo de Ministros e incluso –como lo ha señalado Guido Bellido– el premierato; la segunda hipótesis es pasar con todo a la oposición con el argumento de que el gabinete “caviar” y de derecha no garantiza los cambios “revolucionarios” que ellos han propuesto en su ideario, entre los cuales se encuentra el cambio de la Constitución, la segunda reforma agraria, la renegociación de las utilidades del gas de Camisea, entre otros temas.  Cerrón y Perú Libre, con esta narrativa, pretenden ganar la mayor cantidad de gobiernos regionales y municipales en el 2022, por lo menos en el sur y centro del país; sin embargo, este error de cálculo político –percibido por el presidente Castillo– está empezando a pasarle la factura a los cerronistas y perulibristas.

La decisión del presidente Pedro Castillo de tomar distancia de Vladimir Cerrón y quebrar la bancada de Perú libre, no ha sido gratuita y tuvo como costo político el desprendimiento de los ministerios de Educación y del Interior, y en cierta medida, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Cambiar la correlación de fuerzas al interior de la bancada de Perú Libre para volverla inocua habría significado entregarle la cartera de Educación al Partido Magisterial Popular, el Ministerio del Interior a Bermejo y el Ministerio de Trabajo al sector moderado de Perú Libre.

De esta manera el sector cerronista ha quedado con trece congresistas leales a Cerrón, con posibilidades a influir en tres congresistas que aún no han tomado una posición con respecto a la cuestión de confianza.  En consecuencia, lo más probable es que la influencia de Cerrón y compañía sea cada vez menor en la bancada de Perú Libre. Mal cálculo político de Cerrón, quien ha terminado de ser disuelto por el propio Castillo.

Por su lado, la derecha fujimorista dividida en sus tres versiones (López Aliaga, De Soto y Fujimori) y los medios de comunicación concentrados seguirán con su plan vacador, pues a ellos no les interesa el gabinete, aun si estuviese compuesto por santos, sino tirarse abajo al Gobierno.

La cuestión de confianza depende de los que no se atrevieron a bajarse a Guido Bellido por mero cálculo político, sin embargo, ahora la situación es otra con el recorte de facultades al ejecutivo que recientemente aprobó inconstitucionalmente el Congreso para evitar su disolución.

Roto el equilibrio de poderes entre el Ejecutivo y Legislativo ¿se atreverán a negarle la confianza a la investidura del gabinete Vásquez?

Análisis & Opinión