Cuando un aprista muere, ¡nunca muere!, reza la sentencia aprista legada por el c. Víctor Raúl Haya De La Torre, jefe y fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) “La juventud más fuerte aprista hasta la muerte”.
Alan García Pérez nació en Lima el 23 de mayo de 1949, hijo de doña Nytha Pérez Rojas y Don Carlos García Ronceros, su señora madre fue fundadora de la APRA en Camaná y su señor padre dirigente de dicha secretaría y por las persecuciones del gobierno de Manuel A. Odría se fueron a Lima, donde nació Alan Gabriel Ludwig García Pérez.
A los 17 años comenzó su actividad aprista con los coloquios del jefe Víctor Raúl Haya De La Torre, momentos muy felices para nuestra juventud en donde aprendimos que “La juventud más fuerte aprista hasta la muerte” con el legado de que se puede ser pobre pero muy honrado, sirviendo al pueblo sin servirse del pueblo.
Viajó por varios países para seguir sus estudios y en su vida engendró a sus adorados hijos: Carla, Josefina, Gabriela, Luciana, Alan Raúl Simón y Federico Dantón.
Fue elegido dos veces presidente de nuestra patria y en su gestión apoyo a la consecución y fortalecimiento del Proyecto Pasto Grande Para Moquegua, dándole todo el apoyo, para beneficio de todos los moqueguanos y el país. Gracias a su gestión se tiene la Universidad Privada de Moquegua hoy Universidad José Carlos Mariátegui, y el fortalecimiento de las carreteras Binacional y la Interoceánica por Moquegua, especialmente de lograr que el Tramo V sea de Juliaca-Ilo (Juliaca – Puno – Moquegua – Ilo).
Por los excesos de la aplicación de leyes y la demora en los procesos, Alan García al enterarse de su orden de captura decidió lo que siempre decía, no soy un delincuente ni seré un ladrón de las arcas del Estado, serviré a mi país hasta el último momento de mi vida sin festinar sus dineros ni directa ni indirectamente, prefiero morir antes que ir preso sin justificación. Algo hablamos con él y con hombres de leyes. Son excesivas las carcelerías, sin medir las consecuencias la prisión de Keiko Fujimori, las de Ollanta Humala y su esposa, la de PPK, sumados a los del chofer y ayudante del ómnibus incendiado, la del niño que por desgracia se le disparó el arma, son excesos que deben cambiar los magistrados.
La inmolación de ALAN hace ver que cuantas personas pueden tomar esa determinación, por la mala aplicación de las acciones preventivas de la ley. De último minuto y al cierre de esta nota al ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, se le dio arresto domiciliario es la respuesta a lo legado por Alan, aunque muchos no lo crean, pero el sacrificio de Alan García hace cambiar los rumbos de la justicia en nuestra patria.
Cuando un aprista muere, nunca muere, compañero ALAN Paz en tu Tumba, sé que tu sacrificio y legado será para enrumbar nuevos rumbos en la Fiscalía y el Poder Judicial donde los hombres que administran las leyes deben cambiar de actitud, la Ley es la Ley y Dura es la Ley. Fraternalmente c. Víctor David Silva Salazar.