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Cambiar la matriz productiva

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)   

Tortuoso y empedrado es el camino del cambio de la matriz productiva de los países. En nuestro país esta es básicamente extractiva, exportadora y de servicios difusos. La idea del cambio es siempre darle valor agregado, reimpulsar otras vocaciones productivas que masifican empleo, incrementan las oportunidades y son perdurables.

En esta última parte se apunta la agricultura, la manufactura, el emprendimiento, la tecnología y el conocimiento. Los intentos nunca han faltado y algunos solo se quedaron en intenciones, este es el caso de denominada “diversificación productiva”, en el balance, sus resultados son negativos y perdura la estructura primaria sin mayor valor agregado.

En las regiones la situación es parecida, sigue siendo tradicional e inmodificable. Es que no es posible o nos falta voluntad, determinación tanto de la parte publica como de los privada o requerimos planes que identifiquen las oportunidades de diversificación de la economía en base a los sectores con conocimiento y potencialidades de cambio.

Un caso ejemplar es el departamento de Moquegua (véase Cuadro 01) donde se observa la matriz productiva con peso resaltante por la extracción minera (28%) y la manufactura ligada a ella (45%).

La primera es la explotación del cobre de Cuajone y la segunda se debe principalmente a la Fundición de Cobre y la Refinería de Cobre, se suman en menor proporción la metalmecánica ligada a la minería.

Le siguen con bajo porcentaje los servicios (6.8%) y la construcción (6.1%), el primero como consecuencia de la demanda del mercado interno por los ingresos de los trabajadores, proveedores y sector público.

La construcción es el efecto del canon minero y la nueva inversión de minera de Anglo América Quellaveco que está por terminar. La agricultura y ganadería (1.3%), pesca y acuicultura (0.4%) electricidad y agua (2.6%), comercio (2.1%), transporte (1.7%), turismo (0.7%), administración pública (2.9%) son bastantes bajos, un poco más y no aparecen en la estadística. Si examináramos la de años anteriores, la película es casi la misma, con boom o sin boom minero los porcentajes se repiten sin mayor alteración. Y el futuro podría ser lo mismo si es que no estudiamos en profundidad el tema, sobre todo porque se viene la producción de Quellaveco y la anunciada elevación de los precios de los minerales.

¿Es posible cambiar la estructura productiva? La pregunta no solo es nuestra es de varios países y varios de ellos si lo pudieron hacerlo.

Los países del Asia lo hicieron, eran también extractivistas y se industrializaron: China, Singapur, Vietnam, Corea entre otros. En América también ocurrió, pero en algunos tímidamente y en otros limitadamente sin distanciarse de su estructura. Argentina dejó de ser solo exportador de carnes, productos agrícolas y ha instalado industrias en las ciudades.

Chile ha desarrollado la agroindustria, servicios y acumulado capital nacional. Colombia impulsa la industria textil y el turismo. Cuba ya no solo azúcar, ahora vende sus playas y atrae turismo. Quizás estos no serán los mejores ejemplos, pero sirven para la referencia.

Con respecto a los departamentos no dejamos de mencionar a los que no tienen canon como Ica que desarrollo la agroindustria, lo mismo que algunos departamentos del norte que mejoran sus terminales portuarios, agro exportan y promocionan sus playas. Cusco que le pone énfasis a su turismo.

Moquegua si tiene posibilidades y como decíamos tenemos que ponernos a investigar donde están los sectores que pueden emerger. La minería da recursos, pero no masifica empleo sostenido y tiene dificultades ambientales.

La agricultura tiene en Lomas de Ilo un gran potencial para el cambio, lo mismo la mayor instalación de plantas solares, el uso tecnificado del agua para tierras fértiles, el puerto integrado a Bolivia, la inversión pública en obras de impacto, el mejoramiento de la productividad minifundista y familiar, el turismo estacional al buen clima moqueguano y el verano playero. Y podemos seguir, pero: ¿Quién nos acompañan a tomar la sonaja del cascabel?

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