Algunos docentes de la Universidad Nacional de Moquegua (UNAM), como es lógico, aspiran a ocupar los cargos de rector o vicerrector, con la posibilidad de recibir hasta un millón setecientos cincuenta mil soles en cinco años al asumir estas autoridades. Además de este monto, estos cargos incluyen viáticos, pasajes nacionales e internacionales, caja chica, vehículo, chofer y otros beneficios que detallaremos más adelante. Lo preocupante es que, junto a estos incentivos, los aspirantes a estos puestos tendrían también a su disposición aproximadamente 50 millones de soles para inversiones.

Curiosamente, algunos de los candidatos mencionados nunca han gestionado siquiera un pequeño negocio, desconociendo así lo que implica manejar y hacer crecer las finanzas. Es lamentable, pero algunos de ellos se presentan como «la solución» a los problemas cuando aún no han resuelto sus propios desafíos. Como bien dice Bill Gates, «si no has demostrado en tu vida que eres capaz, mucho menos podrás demostrarlo administrando los recursos de los demás». Así, personas sin experiencia adecuada podrían terminar manejando los 91 millones de soles de presupuesto institucional modificado (PIM) anual de la UNAM.

Esta situación deja en evidencia la falta de autoridad técnica y, especialmente, moral en algunos candidatos, quienes deberían tener una visión comprometida con la juventud, el futuro de la región y del país. Tal como diría el “Chavo del Ocho», estos aspirantes buscan ese millón setecientos cincuenta mil soles, más la caja chica de libre disposición, lo que suma más de dos millones de soles.

Por eso, tanto docentes como estudiantes deben revisar cuidadosamente la hoja de vida de los candidatos a rector y vicerrectores: ¿Qué han logrado en el pasado? ¿Qué están haciendo actualmente? ¿Cuál es su propuesta estratégica para la universidad y su viabilidad en el contexto actual? Examinar el historial de cada candidato permitirá a la comunidad universitaria evaluar sus logros diarios, que reflejan la calidad técnica, investigativa y administrativa de cada persona.

Es esencial que los candidatos demuestren en su trayectoria una autoridad técnica, una visión estratégica y un compromiso para convertir la universidad en un centro de excelencia. Para ello, el aspirante a rector o vicerrector debe haber probado previamente su capacidad de gestionar sus propios proyectos, si aspira a transformar los de los demás.

EL LAGARTO VIZCARRA PROVEYÓ A LOS RECTORES LOS MILLONES Y GENERÓ DESIGUALDAD ENTRE DOCENTES

El Decreto Supremo N° 313-2019-EF, emitido el 1 de octubre de 2019 y firmado por el entonces presidente Martín Vizcarra y el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva, autoriza una transferencia de S/ 11,269,554 del presupuesto del Ministerio de Economía y Finanzas a 31 universidades públicas para financiar el pago de estas compensaciones.

Según el decreto, los rectores recibirán S/ 25,000 mensuales, mientras que los vicerrectores académicos y de investigación percibirán S/ 22,500 cada uno. Este ajuste salarial se alineará con la Ley del Servicio Civil y se aplicará 12 veces al año, con dos adicionales por Fiestas Patrias y Navidad. Además, se restringe a estos funcionarios el acceso a otros ingresos o beneficios adicionales de cualquier naturaleza.

Este cambio busca estandarizar los ingresos de altos cargos universitarios y reforzar la implementación de la Ley de Servicio Civil, con el objetivo de profesionalizar y regular las compensaciones en el sector educativo público.

La compensación para rectores y vicerrectores de universidades públicas varía considerablemente en el ámbito internacional, reflejando tanto las condiciones económicas nacionales como los modelos financieros de los sistemas educativos.

En Perú, el Decreto Supremo N° 313-2019-EF establece una remuneración mensual para los rectores de S/ 25,000 y para los vicerrectores de S/ 22,500, lo cual se considera una medida de estandarización dentro del sector público peruano.

Cuando se habla de desigualdad, se refiere a que los docentes principales perciben sueldos de aproximadamente S/ 8,500, mientras que los auxiliares solo reciben S/ 5,000. Este tipo de sueldo “castiga” la tarea académica e investigativa y, de manera ilógica, “premia” la administrativa.

Algunos se preguntan si un docente que ha trabajado para alcanzar los grados de magíster y doctor solo para dedicarse a la investigación merece ver que un “administrador” en la entidad académica perciba un salario significativamente mayor.