POR: ECON. GERMÁN REVILLA DELGADO
Un 43.8% de los encuestados por el INEI, es decir, 88 personas, no tienen ninguna confianza en la Contraloría General de la República. El 36.8%, es decir, 74 personas, tienen poca confianza en la Contraloría. Esto refuerza la idea de que la mayoría de los encuestados tiene una percepción negativa o desconfiada sobre la institución.
Entonces, al sumar los que no tienen «nada» de confianza (43.8%) y los que tienen «poco» de confianza (36.8%), se obtiene que el 80.6% de los encuestados tiene una percepción negativa o desconfiada de la Contraloría General de la República. Este nivel elevado de desconfianza puede ser indicativo de una percepción pública de ineficiencia o falta de transparencia en la institución, o, en todo caso, informes sesgados que, en muchos casos, adelantan opiniones dañando el honor de las personas. Y estos informes que sirven al procurador y al Ministerio Público para imputar terminan “cayéndose” en el proceso por no ser consistentes o tener contradicciones.
Solo el 8.5% considera que la confianza en la Contraloría es suficiente. Este porcentaje muestra que existe una percepción muy baja de que la institución esté cumpliendo con su rol de manera efectiva o satisfactoria.
El 10.9% que no sabe si confía o no en la institución refleja un grupo que probablemente no tiene acceso a suficiente información sobre el trabajo de la Contraloría o que no está familiarizado con las acciones que realiza.
Este resultado resalta la necesidad de que la institución tome medidas para mejorar su imagen pública, fortalecer la transparencia y demostrar resultados concretos en su labor de supervisión y control del uso de los recursos públicos.
La figura revela una percepción mayoritaria de desconfianza en la Contraloría General de la República, lo que sugiere la necesidad de fortalecer la transparencia, la eficiencia y la comunicación institucional para mejorar la confianza pública.
