POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
El expresidente de la República, José Pedro Castillo Terrones, se encuentra recluido en el Penal de Barbadillo cumpliendo 36 meses de prisión preventiva. Hace unos días, la Fiscalía de la Nación solicitó al Poder Judicial la imposición de 34 años de pena privativa de la libertad en su contra por los delitos de rebelión, y otros, a propósito del frustrado golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022. En adición, para los exprimer ministros Betsy Chávez y Aníbal Torres ha requerido 25 y 15 años de cárcel, respectivamente. Cabe precisar que Chávez Chino también se encuentra enrejada provisionalmente hasta 18 meses; mientras que Torres Vásquez no, aduciendo avanzada edad, aunque recientemente la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Parlamento aprobó el informe final que recomendó inhabilitarlo de la función pública por 10 años, por los presuntos delitos de motín, y otros.
Recordemos que el exmandatario llegó al poder acompañado de una plataforma de izquierda, la más radical, apoyado masivamente por profesores estatales principalmente de zonas rurales, y con las simpatías de la caviarada que desvergonzadamente decidieron auparlo a cambio de no tener que no votar por la contendora, Keiko Fujimori. En suma, terminó imponiéndose el antifujimorismo en la segunda vuelta electoral de junio de 2021.
Si algo está claro; es decir, resulta indiscutible, es que el ilustre hijo chotano nunca tuvo la noción de cómo llegó a Palacio de Gobierno, y menos lo que debía hacer para mantenerse en el cargo. Desde el primer minuto como inquilino en la casa de Pizarro, hasta aquel aciago 7 de diciembre, jamás estuvo solo; vale decir, siempre anduvo blindado por personajes de muy cuestionable reputación. E ahí nombres imborrables como Mirtha Vásquez, Verónika Mendoza, y cómo no su otrora padre político, el todavía prófugo Vladimir Cerrón. Al poco tiempo de su encierro, todos ellos no solo se olvidaron de él, sino que hablan pestes. En junio del año pasado, la camarada Vásquez lo acusó de haber pisoteado la democracia; mientras que “La Vero” lo calificó de traidor el mismo día del abortado quiebre constitucional. Y recientemente, el mismo Castillo Terrones describió a Cerrón Rojas como felón.
De confirmarse el pedido del Ministerio Público, Pedro Castillo con 54 años, pasará el resto de su vida tras las rejas, por crímenes que sí cometió pero que a su vez lo pagará solo.
