POR: MANUEL RICARDO PINTO MOSCOSO (mpinto@cee.uned.es)
DIARIO PRENSA REGIONAL
Este artículo y el anterior están motivados por la gravedad de la situación electoral en la que se encuentra el país debido, principalmente, a las propuestas de romper el sistema constitucional y económico abocándonos a una dictadura de corte marxista comunista en la que no sólo se suprimirían las principales libertades político sociales sino a un control totalitario y asfixiante de la economía que ya está teniendo consecuencias como el incremento del valor del dólar, del precio del kilo de pollo y otros alimentos y productos importados, de la caída en el valor de los activos económicos, de la paralización de las principales decisiones de inversión de los medianos y grandes empresarios, del miedo en los micro y pequeños empresarios y generando desconcierto en la sociedad peruana que no comulga con dicho ideario. En fin, el desasosiego y la angustia con la que están viviendo los peruanos estos últimos días.
Lo que debiera ser un proceso electoral (digno y respetuoso con los miles de peruanos fallecidos por el COVID) por elegir a nuevos dirigentes se ha convertido en una pesadilla y en motivo de enfrentamiento cada vez mayor entre peruanos. Sin olvidar el abominable crimen que condenamos cometido por los terroristas de Sendero Luminoso y que presagia lo que sería el futuro inmediato del Perú si triunfan estas ideas trasnochadas y abandonadas hace tiempo por los países que buscan salir de la pobreza y de la miseria.
Entre estos caminos elijo el de Keiko e intentaré argumentar por qué. Pero antes debo decir que no he votado nunca por la Sra. Keiko y que no soy miembro de su partido político.
- LOS ASPECTOS PERSONALES.
- a) A nadie se le escapan los problemas judiciales de Keiko que deberán ser esclarecidos y sancionados por los jueces si así lo determinaran las investigaciones y el mismo proceso/s judicial/es. Hace bien por eso en comprometerse a respetar el trabajo de los fiscales y de los jueces, y asumir también con respeto la sentencia, cual fuere ésta/s. Esto es fundamental. La independencia judicial debiera ser el primer y gran objetivo del Estado peruano y ser, al mismo tiempo, la primera garantía que deben darnos nuestros dirigentes pues sólo la JUSTICIA (así en mayúscula) permite la convivencia y la paz social en un Estado democrático en el que todos los ciudadanos encuentren en ella oportuno apoyo y protección. Sin Justicia el hombre retrocede sino miles, sí cientos de años a la barbarie y al salvajismo.
- b) Hemos podido apreciar cómo la dirigente Keiko ha madurado política y profesionalmente. Estamos ante una dirigente serena, con valor y con conocimiento de los grandes problemas nacionales. Es decir, conoce el oficio y sabe lo que hay que hacer en estas difíciles circunstancias que le ha tocado vivir al Perú. Y en el lado humano se ve una mujer muy golpeada cuya muestra de sus 16 meses de prisión la han hecho no sólo acercarse a Dios sino a crecer como ser humano. En una líder que aspira a conducir a un país estas son características que debemos considerar. Decía el gran historiador clásico griego Jenofonte “yo siempre he pensado que, según sean los gobernantes, así acaban siendo las formas de gobierno”. Y la impronta personal de un líder, en este caso de una líder, marcará el camino de su gestión gubernamental.
- c) Además de lo que indicaré en el punto 2 hay una cuestión que me parece muy importante y es que los verdaderos líderes cuando asumen compromisos y promesas con su electorado deben cumplirlas y honrar su palabra (aquí radica su credibilidad, aspecto fundamental que debe tener todo político que se precie) y para esto deben darse un plazo determinado que puede ser de 6 a 12 meses (tiempo suficiente para que los ciudadanos veamos que las está empezando a cumplir). En economía existe lo que se conoce como la incertidumbre causante de desequilibrios y desajustes en las principales variables económicas micro o macroeconómicas. ¿Cómo se enfrenta esta incertidumbre? Anunciando con tiempo y de manera clara y transparente lo que se va a hacer (en otro escenario, a través de la publicación de estadísticas reales), bien desde la gestión gubernamental o desde el lado personal del dirigente.
Digo esto porque una de las cosas que debería declarar y comprometerse Keiko es a convocar a elecciones inmediatamente que vea que no puede cumplir, dentro del año mencionado, lo prometido. Haciendo las cosas de esta manera el país no entra en turbulencias económicas ni la desconfianza se apodera del mismo por que los actores políticos, económicos y sociales ya han internalizado esta decisión y no les cogería por sorpresa. ¿Qué se ganaría con esto? Dar confianza al sistema político económico y mostrar su voluntad de seriedad y de no apego al poder; antes bien, el mensaje es que prioriza la resolución de los problemas del país. Y estoy convencido que esta vez el pueblo no se equivocará por la experiencia traumática que estamos viviendo actualmente.
Recordemos que el primer mandamiento de la política es: que los hemos puesto allí para prestar un servicio público al país y a la ciudadanía. Y un sistema político sano es el que permite la entrada y salida de dirigentes de manera constante y que como árboles cuando son podados reverdecen con mayor vigor y fuerza.
- LOS ASPECTOS PARTIDARIOS E INSTITUCIONALES
- a) Además de los compromisos que ya ha asumido públicamente Keiko como el respeto y cumplimiento del Estado de Derecho, especialmente en lo referente a la independencia de los poderes del Estado y que no irá a la reelección; que convocará a un Consejo de Ministros de ancha base cuyo Primer Ministro no será de su partido político; y que destacados técnicos de su Equipo de Campaña no sean miembros de su partido político nos dan muestras de su apertura ideológica y pluralismo. (continúa mañana)