Conocer la historia de tu pueblo es base de la identidad local como de la conciencia de pertenencia al terruño, es así, me decidí revisar los libros: Ensayo Monográfico sobre Mollendo y la Provincia de Islay de Manuel de Torres Muñoz; Mollendo Roca Solitaria de P.R. Arrieta Málaga; Crónicas de Islay y Mollendo de Mateo Francisco Velarde Herrera; Mollendo su Historia de Salomón Medina Zevallos.
Manuel de Torres, es el que más se acerca a la verdad, nos dice: “Hemos podido comprobar que en sus cincuenta años el pueblo de Islay padeció cuatro epidemias; dos de ellas de Fiebre Amarilla, las cuales han querido considerar algunos como la verdadera causa de la desaparición de este pueblo” (pág. 23), no concordando con ello, sigue “Tifus Exantemático: En 1836 se desarrolla una epidemia de esta enfermedad, la que, no es de extrañar, se debió al gran tránsito de tropas que en todos los tiempos tuvo Islay” (23). “En 1841 se desarrolla en Islay una epidemia de Viruela. Dos epidemias de Fiebre Amarilla sufre Islay. La primera en 1854, y la segunda que abarca los años 1868 y 1869” (24). Luego, informa “De la segunda epidemia, la de caracteres más alarmantes, tenemos datos fidedignos que se extendió, al menos, desde el 23 de mayo de 1868 hasta el 12 de junio de 1869. ¡Un año! No es posible imaginar en nuestros días cómo fue posible que en Islay, un pueblo apenas abastecido por agua, donde las lluvias escasean y difícilmente pueden formarse charcos y lagunillas, el mosquito ‘aedes aegypti’ tomase esta zona y ejerciera su mortífera misión por tanto tiempo” (24 – 25). Continúa “Basadre, al referirse a la epidemia, dice: ‘murieron cientos de personas’. Y también Basadre consigna el dato, para nosotros de interés, por tratarse de una persona muy ligada al renacimiento de Mollendo, que Meiggs en 1868 enfermó de Fiebre Amarilla” (26). Da a conocer “La tradición ha recogido en Mollendo, de labios de los antiguos moradores de Islay, como consigna Montesinos Ampuero en su ‘Contribución al Estudio Monográfico de la Provincia de Islay’, que en el mes de junio de 1866, fue enviado a Arequipa, procedente del Callao, un batallón de tropas denominado ‘malcriados’, cuyos hombres venían presas de una exterminante Fiebre Amarilla; que el pueblo conocedor de este hecho no permitió que desembarcaran en Islay, pero que el batallón desembarcó en Pescadores y entró al Puerto, para al día siguiente cundir la enfermedad por el pueblo y sus moradores quienes presas del espanto se dispersaron hacia Mollendo y las Lomas. Puede verse, sin embargo, que la epidemia comenzó en mayo de 1868, y desde luego que no fue posible que la enfermedad se propagase en el término de unas horas, cuando sabemos que la Fiebre Amarilla precisa al menos unos tres días para su incubación. Deduzcamos de esto que la tradición es un aliado poco valioso para la Historia” (26).
La versión de Arrieta Málaga, es: “Islay debió su desaparición a dos hechos históricos muy importantes: El primero y el principal fue el referente a la construcción del ferrocarril de Arequipa…a Mollendo. El otro hecho histórico, y como signo trágico del destino, fue de que estando el ferrocarril en plena construcción, dícese que del puerto del Callao, arribaron al puerto de Islay y con destino a Arequipa, un ingrato batallón del ejército, llamado ‘Malcriados’, cuyos hombres venían presa de una exterminante peste de fiebre amarilla. Los habitantes presos de espanto y temerosos del contagio se dispersaron por toda la región, pasando la mayoría a Mollendo, mientras otros buscaban refugio en las Lomas” (16 – 17). Es un resumen de lo expuesto por el Dr. De Torres, pero, con la diferencia que considera a la Fiebre Amarilla, segundo motivo de la extinción del puerto de Islay.
Velarde Herrera, al respecto, dice: “…se presentó en Islay una epidemia de ‘Fiebre Amarilla’ como decían equivocadamente las gentes y que en realidad se trataba de Peste (calificada ‘Bubónica’ en nuestro país, debido a los enormes ganglios-‘bubones’ crecidos en las axilas o en las ingles). No podía ser Fiebre Amarilla, puesto que allí no había mosquitos, sino pulgas que inoculaban el mal de peste” (41). Admite haber existido la epidemia, pero de Peste Bubónica.
Finalmente, S. Medina, con acierto relata las causas de la aparición de las epidemias: “Tal vez por la influencia del clima, la falta de medios naturales como la vegetación, el agua potable, la propia alimentación escasa de los elementos necesarios para la salud, además de la ausencia de los medios sanitarios y por lo general higiénicos en los habitantes de recursos pobres, que eran los más en la población; es que en Islay se declararon terribles epidemias infecto contagiosas con caracteres alarmantes, porque no hubieron recursos para combatirlas” (11), hace mención del Tifus Exantemático, la viruela y la Fiebre Amarilla.