POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ
A decir verdad, no envidio en lo más mínimo al profesor Zenón Cueva Pare, al menos en lo que respecta a su actual cargo de Gobernador Regional de Moquegua. Y no lo hago, porque creo que la problemática que le va a tocar enfrentar en los próximos años no va a ser nada fácil, tanto en lo que respecta a recursos económicos, como en lo que respecta al panorama político y social, el cual me temo que –de no llegar a un dialogo satisfactorio e equilibrado, tanto con las grandes empresas que desarrollan sus actividades en el departamento, como con las regiones vecinas e incluso el Gobierno Central–, podría ocasionar brotes de violencia, y más aún cuando es prácticamente imposible superar la carencia de puestos de trabajo siquiera mínimamente bien remunerados.
En cuanto a los recursos económicos, cabe expresar que al margen de la situación económica mundial, la cual según muchos entendidos, puede afrontar una crisis financiera similar a la del 2008, la cual se produciría ya no por la burbuja inmobiliaria, sino por el despertar de los chauvinismos y las guerras comerciales, que podrían ocasionar la caída de los precios de las materias primas y de acuerdos como por ejemplo la Unión Europea, impulsada por las políticas esquizofrénicas del actual gobierno norteamericano y por el cada día mayor rechazo a la actual globalización, que es la forma como hoy se denomina al imperialismo.
Y si a lo anterior, agregamos que hay problemas en el Perú tanto con las balanzas de pagos y la deuda tanto pública como privada y el servicio de la misma, por lo que existe desesperación por lograr a la brevedad posible inversiones en el sector minero, para con recursos para honrar las deudas que se vencen en estos próximos años.
Por ello el panorama no es muy halagüeño en cuanto a los recursos propios con los cuales podrá contar en los próximos cuatro años el Gobierno Regional, tanto como producto del canon, como los podría conseguir en base a gestión ante el Ejecutivo y ante las empresas privadas. (Aquí cabe resaltar el perjuicio causado por la administración del inefable Jamocho, que es una prueba viviente de cuan falsa es la expresión “la voz de pueblo es la voz de Dios”, dado que fue elegido por mayoría, haciendo que nuestro departamento haya perdido cuatro años entre escándalos, estolideces y suspensión de las mesas de diálogo.
Por ello el profesor Zenón, si quiere trascender y corresponder a la confianza popular, deberá tarde o temprano decidir qué clase de líder desea ser, considerando que según Julius Berman hay dos clases de liderazgo: “una consiste en ir verdaderamente al frente y dirigir desde allí; la otra, en ver a dónde va la gente, dar un rápido rodeo y ponerse a la cabeza”, como usualmente lo hacen los “políticos” mediocres.
En el primer caso, la tarea es ardua y con resultados a corto o largo plazo: implica en el aspecto regional, macro regional, nacional e internacional mantener posturas firmes y claras en varios temas.
En el ámbito departamental, retomar la mesa de diálogo con la Southern Copper Corporation, sin descuidar el juicio –¿en qué estado estará? –, que se mantiene por los terrenos propiedad del Proyecto Pasto Grande, en Quebrada Honda, donde se depositan los relaves de Toquepala, aparte de otros aspectos que trate en el anterior artículo.
En lo macro-regional, habría de comenzar hablando y llegando a acuerdos específicos en cuanto lo que nos puede unir, antes de tocar aspectos conflictivos, como son los límites y obras.
Vale pues, unirse en cuanto a un respaldo total al denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central y a la posibilidad de contar con recursos gasíferos bolivianos, aparte de comenzar a crear un espacio de intercambio comercial entre el sur peruano y Bolivia, convocando al sector privado de toda la macro región, agolpado en las Cámaras de Comercio de ambos países. (Ello se hace prioritario, considerando que el centralismo y mercado limeño día a día absorben cada vez más empresas provincianas y con ellas puestos de trabajo. Competir con Lima es casi imposible en razón a costos, tecnología y mercado; por ello hay que buscar otro hinterland, donde negociar que comprar y que vender).
Y para finalizar, cabe recordarle al profesor Zenón, que no puede confiarse en la persona del actual Presidente Constitucional, dado que él, al margen de su indudable cariño a Moquegua y sus buenas intenciones, poco o nada puede hacer ante el poder de los grandes intereses privados y geopolíticos, los cuales –sin lugar a dudas–, no ven con agrado su posición ideológica, por lo que harán lo imposible para impedir una buena gestión, más aun cuando en el horizonte se vislumbran elecciones al Congreso y la Presidencia, en las cuales no desean ver candidatos de izquierda reacios al actual modelo económico con posibilidades de triunfo, por lo que recurrirán a todo tipo de estratagemas, basados en su poder económico y el control mayoritario de los medios de expresión para buscar su aislamiento popular y el fracaso total.
Por todo ello, no envidio al profesor Zenón…a quien tan solo puedo decirle con Reid, que los líderes, a diferencia de lo que nos han hecho creer, no son personas que van por la vida con una multitud emotiva que los sigue.
Son personas que siguen el camino correcto sin preocuparse por si los están siguiendo o no en ese momento, “sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre, para construir una sociedad mejor…”