Por: Carlos Carpio Montoya
Por todos es conocido que rara vez asistía a un estadio o evento deportivo en la época colegial, cuando en su lugar prefería quedarme en el colegio o irme a casa para hacer la tarea. Sin embargo, en el año 2005 cuando me desempeñaba como gerente de una entidad financiera en Tacna, tuve oportunidad de conocer a tres personas maravillosas que cambiaron mi vida: Man Bok Park, el profesor Vélez y Eugenio Maestri, quienes estaban a cargo de impulsar los semilleros de atletismo y vóley en Tacna, Moquegua e Ilo.
Maestri me explicó que los tres deportes más sencillos de practicar son el futbol, atletismo y vóley; así que nos fuimos a visitar colegio por colegio acompañados también por Man Bok Park para explicar los objetivos del semillero y motivar la participación de escolares y padres de familia en el estadio Jorge Basadre de Tacna.
Llegó el día del semillero y el estadio estaba más lleno que el clásico del Pacífico, las tribunas estruendosas por los aplausos y gritos de alientos de padres, familiares, profesores y alumnos para con los participantes; fue en ese momento que tomé conciencia del gran momento que estaba viviendo y que quedaría grabado en mi memoria por siempre, tan así que al siguiente año llevé a mi pequeña Romina para que me ayude a entregar las medallas a los ganadores y se contagie de la emoción de escolares y padres de familia.
Posteriormente estuve a cargo de los semilleros en Chincha e Ica, preguntándome cuándo los podría ver en acción en Mollendo, mi tierra, y donde la práctica del deporte está muy arraigada en la población, sobre todo el futbol, desde la época que lo aprendimos a jugar antes que en Lima, de la mano de los marinos ingleses que llegaban al puerto.
Hoy debo resaltar que gracias al apoyo de Tisur tenemos el privilegio de contar con los semilleros de futbol y vóley que desde el año 2011 ha beneficiado a cerca de 7000 niños, no sólo enseñándoles los lineamientos del fútbol y vóley, sino también inculcándoles los valores que propugna Tisur: respeto, honestidad, puntualidad, tolerancia, perseverancia, empatía y trabajo en equipo; cuánto hubiera dado yo por tener este tipo de apoyo cuando me inicié en la primaria en 1971, pues aún recuerdo que me gustaba el atletismo.
Este año ya empezaron las clases del semillero que se realizan de forma descentralizada en Cocachacra, Mollendo, Deán Valdivia y Matarani. Man Bok Park ya no está con nosotros, pero nunca se fue, es más, vive en cada uno de nuestros jóvenes que participa en los semilleros.
¡Nos vemos en los semilleros de Mollendo 2024, míster Park!
