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22 noviembre, 2024 12:09 am

Y Nano Guerra tuvo que morir

“Si Tía María, proyecto de cobre de US$1,400 millones de Southern Perú, no hubiera sido bloqueado y estuviera hoy operando, con toda seguridad habría habido al menos un médico en la posta de Punta de Bombón, y el congresista Hernando Guerra García habría recibido la atención médica oportuna, quizás no hubiera muerto”.

POR: ENRIQUE LAZO FLORES     

La ironía de la vida, a veces nos pone frente a circunstancias irreversibles y nos lacera el alma que de pronto nos hace culpar de los hechos sin remedio a la vida, a la hora fatal y como siempre, nos hace buscar culpables en la oscuridad de la desidia de quienes por una u otra razón son culpables de los resultados, expresando: “si hubiera sido así, eso no habría pasado”.

Para culpar a alguien de lo que pudo haber sido y no fue, tenemos que recurrir a los recuerdos y en esos recuerdos, la muerte del congresista Nano Guerra, encaja como que, si su muerte hubiera estado predeterminada, como para hacer eco de las necesidades que los pueblos atraviesan, en este caso el centro de salud de la Punta de Bombón, como otros que se encuentran “olvidados” por desidia de sus autoridades, precisamente para atender emergencias y salvar vidas. Es en ese momento cuando todos dicen, “si hubiera estado un médico en el centro de salud, Nano no habría muerto”. Pero se murió y ¿por qué?

Haciendo un poco de historia y hablando de los gobiernos de turno, sabido es que en lugares alejados de la capital siempre encontraremos falencias, ausencias y necesidades que no son atendidos por el gobierno de turno, haciéndose palpable que los que siempre solucionan esos problemas son las empresas privadas, en este caso, en el lugar donde falleció Fernando Guerra,  jamás debió morir ni él ni nadie, porque en ese centro de salud había atención médica como lo había en Cocachacra, Dean Valdivia, Punta de Bombón y no precisamente porque el gobierno de turno así lo disponía, sino, que la empresa Southern Perú (SPCC) sostenía su funcionabilidad vía convenio. O sea, se preocupaba de los habitantes de esa zona, sin que sus propias autoridades elegidas por el voto popular lo hacían.

La historia está fresca, en el año 2017 Southern Perú firmó convenios con los Consejos Locales de Administración de Salud, los llamados CLAS, de Cocachacra, Dean Valdivia y Punta de Bombón, en esa oportunidad Mollendo no quiso firmarlo y no formó parte de este convenio, que tuvo vigencia desde mediados del 2017 hasta mediados del 2019 y cuando terminó no hubo mayor acción de la población para que se amplíe, pese a ello, la empresa entregó los expedientes técnicos para la construcción del nuevo centro de salud de Cocachacra y el mini hospital de Mollendo, ambos recientemente inaugurados.

Los resultados de este convenio fue de mucho beneficio para la población, ya que el convenio permitió elevar no solo el número de personal profesional médico en los centros de salud, sino, que las plazas eran financiadas por Valle Unido – Tía María, y la atención en especialidades de enfermería, nutricionistas, obstetricia, médicos, odontólogos y psicólogos se quintuplicaron, veamos, en agosto del 2017, las atenciones eran de 2,017 con 27 plazas financiadas, en el mismo mes de agosto del  2018 subieron a un total de 10,501 atenciones, con 44 plazas financiadas, gracias al convenio.

Con estos beneficios, se logró ampliar los horarios de atenciones en los centros médicos. En casos de Emergencia ya no era necesario trasladar pacientes a Mollendo o Arequipa. Además, a partir de la firma del convenio en el CS de Cocachacra se podía atender partos y como había personal disponible, se ampliaron las atenciones en los establecimientos de salud.

De acuerdo a lo que ha señalado la ex gobernadora Yamila Osorio, en esto lugares se atendían a personas en riesgo y eso era gracias al convenio firmado en su gestión con la SPCC,  pero lamentablemente por la posición anti minera que demostraba el ex gobernador Elmer Cáceres Llica, no renovó la firma de ese convenio que logró mejorar la calidad de vida de los pobladores de Cocachacra, Punta de Bombón y lugares del entorno, perjudicando a miles de habitantes que ahora sufren la ausencia de atención médica para poder enfrentar los problemas de salud, de madres, niños y ancianos, que se ven obligados a trasladarse a otros hospitales como Mollendo, Arequipa inclusive a Tacna, en busca de remedios a sus males. Un daño tremendo que le hizo al pueblo Cáceres llica.

Es precisamente en este contexto de desprecio por la vida y por la atención a la población que necesita de atención médica, en que se desarrolla un hecho que llamó la atención del ciudadano común y corriente, como la muerte del ex congresista de la República, Fernando Guerra García, quien precisamente dejó de existir en uno de esos establecimientos de salud que hace pocos años atrás, había sido un lugar donde se podía encontrar a cualquier hora del día o, la noche a un médico y a personal atendiendo emergencias y evitando de esa manera la muerte de seres queridos.

REFLEXIÓN

Nos llama poderosamente la atención que las autoridades actuales, llámese gobernador, alcaldes, dirigentes, o autoridades de salud, no se preocupen por luchar para brindar a la ciudadanía de elementos básicos de atención médica y se logre el ansiado mejoramiento del sector salud, acudiendo a la empresa privada, en este caso a la minería, que siempre está presto a brindar ese apoyo, deberían dejar de lado toda intensión de satanizar a la minería cuando vemos que en estos últimos años, la pandemia arrasaba con vidas inocentes, ellos fueron al encuentro de la muerte para salvar vidas, a aquellas que morían en las calles, en las postas, en las salas de emergencia donde muchas veces no alcanzaban a ser atendidos, pero allí estaban facilitando con la atención a la ciudadanía, hoy parece haber sido echado al olvido, y cuando menos se acuerden aparecerán otros “nanos” que llegarán en busca de ayuda y se darán con la puertas cerradas, cosas que no beberían suceder, pero pasan porque la desidia de actualizar los convenios no les parece, sino, pareciera que más pesa el egoísmo político que la vida de los ciudadanos.

Rescatamos lo dicho por Roque Benavides, al señalar que los proyectos como Tía María debe ser impulsados y debe ser prioridad, porque significa que las comunidades se benefician con la industria minera para dejar atrás el atraso y puedan salir adelante. El empresario fue enfático al señalar que, “si Tía María, el proyecto de cobre de US$1,400 millones de Southern Perú, no hubiera sido bloqueado y estuviera hoy operando, con toda seguridad habría habido al menos un médico en la posta de Punta de Bombón y el congresista Hernando Guerra García habría recibido la atención médica oportuna y, quizá, los galenos hubieran podido evitar su sorpresiva muerte, y la de tantos otros ciudadanos en la zona. «En esa posta médica de Punta de Bombón hubiese habido un médico si hoy día estuviera Tía María operando», ¿más claro?, ni el agua.

Análisis & Opinión