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7 septiembre, 2024 6:49 pm

Y crece la indignación…por el fraude

Por: Manuel Pinto Moscoso (mpinto@cee.uned.es)

El Perú está viviendo momentos muy intensos y creo que estamos despertando ante un escenario que es profundamente desestabilizador y lleno de incertidumbre.

No obstante, soy optimista porque tenemos frente a nosotros la gran oportunidad de trastocar la famosa pregunta de Vargas Llosa “en qué momento se jodió el Perú, Zavalita” por cuándo empezó el cambio del Perú. Y sin duda alguna digo, AHORA, que es cuando nos vamos dando cuenta, porque ya es imposible tapar, el fraude que se intentó hacer con las elecciones y que a modo de catarsis está produciendo las reacciones colectivas nunca vistas de manera espontánea. Y desde este reconocimiento el inicio de un nuevo camino. Y es que este acontecimiento nos ha unido a millones de peruanos como ningún otro hecho de relevancia político social.

Es decir, el fraude ha sido tan burdo, a pesar de la habilidad con la que se ha procedido, que hemos tardado en darnos cuenta pero lo hemos hecho finalmente. Y el miedo y la desesperación se empiezan a mostrar entre los ejecutores y los defensores del mismo quienes con ingenuidad infinita o con bondad cínica nos quieren hacer creer otra cosa.

Sin embargo, vemos como cada día se suman las denuncias por la falsificación y adulteración de actas en la que parte de la prensa y los medios de comunicación, y también los propios ciudadanos, nos informan y nos dan evidencias de la manera cómo se ha actuado en contra de la voluntad de los ciudadanos, y salen nuevos actores a mostrar su indignación y con gran valentía presentan denuncias penales o constitucionales llamando a que las instancias judiciales se pronuncien y garanticen un proceso electoral limpio, transparente y que el voto no sea usurpado y se respete la decisión ciudadana.

Voy a referirme sólo a dos clases de impugnaciones presentadas (hay varias más). Me pregunto ¿cómo es posible resolver una impugnación por sustitución de personalidad o por falsificación de firmas en las actas si no se consulta a la RENIEC-Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, o no se tiene entre manos el Padrón Electoral en el que aparece el nombre del votante, su foto, su fecha de nacimiento, su firma, etc.? ¿Cómo saber QUIÉN ha votado QUÉ? Por declaraciones que recoge la prensa el magistrado del JNE Luis Arce esto es lo que ha planteado: ver el Padrón Electoral para comparando personalidad y firma, en un primer momento, resolver el fondo de la impugnación. Increíblemente el Presidente Salas Arenas le responde que no, que no se puede ver y que se resuelva sin él! Esto que parece ciencia ficción se está dando actualmente en el JNE. Ni siquiera Arce que es miembro del JNE puede verlo.

Como han señalado eminentes abogados y constitucionalistas el Padrón Electoral es un DOCUMENTO PÚBLICO y así lo viene a confirmar el propio Defensor del Pueblo que en una circunstancia tan especial como la actual cobra aún más necesidad su publicidad y conocimiento por la ciudadanía. ¿O es que no se quiere que la ciudadanía tome conocimiento de cómo se han hecho las cosas? Nada hay que afecte al procedimiento electoral o al rompimiento de las reglas electorales como afirma Salas Arenas. Todo lo contrario. Así es, justamente, como nuestros derechos ciudadanos serán respetados y no se alterará nuestra voluntad manifestada en el voto. Que es, por otra parte, lo que busca proteger la Constitución.

Otro hecho muy raro que ha sucedido en estas elecciones es que las formas adquieran más importancia que el fondo. En este sentido, los plazos deben entenderse considerando que las normas que limitan derechos debería aplicarse entendiendo de manera taxativa y no de manera extensiva que es como se ha procedido por el JNE. Y aquí estamos frente a uno de los derechos políticos más importantes que sustentan la ciudadanía: el voto que decide quién nos gobernará. Por tanto, considerando lo dicho y unido a la importancia que tienen las elecciones el JNE debería facilitar la presentación de denuncias en aras de la verdad electoral.

Pues no, aquí tampoco acierta el JNE. Es decir, que los plazos ante hechos graves (y el fraude electoral lo es porque puede ser causa de caos, anarquía y violencia en el país) para la presentación de impugnaciones a las actas electorales deben resolverse considerando lo sustantivo y no lo formal. Aquí lo sustantivo es la gravedad del hecho denunciado y el JNE puede y debería considerar esta característica y fallar dando, a todos, todas las facilidades y alentar a que si existen hechos denunciables sean presentados en aras de salvaguardar la limpieza del proceso electoral, la legitimidad del próximo Gobierno sin la cual no puede gobernarse con éxito y de asegurar el respeto a la voluntad manifestada en el voto como manda nuestra Constitución. Demás está decir que quien no obra así se arriesga a la comisión de posibles delitos electorales que podrían acarrear, incluso, penas de cárcel según nuestro vigente ordenamiento penal y electoral.

Decía más atrás que soy optimista porque estamos despertando y les será muy difícil de ahora en adelante engañarnos. Y esto es muy bueno porque empezaremos a cambiar el Perú a través de una nueva visión que empieza abrirse paso y con nuevos actores sociales; y recordando las palabras de Martin Luther King cuando decía “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que sí me preocupa es el silencio de los buenos”. Y estos buenos se van sumando a la causa del Perú y son los que nos ayudarán a, entre todos los peruanos, traer el cambio que el Perú necesita. De ahí creo, en gran medida, la desesperación que tienen algunos que, equivocadamente en mi opinión, defienden una mala práctica política y ven como empieza a desmoronarse todo el andamiaje que tenían montado.

Como dijeran el gran filósofo griego Sócrates y Jesucristo muchos años después “la verdad os hará libres”. Y a ella nos aferramos y en la justicia confiamos.

Análisis & Opinión