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Vientre de alquiler con certificado de nacimiento

Por: Mauricio Aguirre Corvalán

Mañana vence el plazo para la inscripción de nuevos militantes en los partidos políticos y así poder ser candidatos en las próximas elecciones. Este requisito con fecha límite, que antes no existía, ha revuelto las aguas electorales con mucha mayor anticipación que en otros comicios, y les ha dado una prematura visibilidad a potenciales candidatos a la presidencia para el 2021.

Esta nueva norma es parte del paquete de reformas electorales que se ha aprobado en el Congreso con miras a los comicios del 2021, entre las que destacan la suspensión de las elecciones primarias, la facultad para que los partidos decidan su mecanismo de elección interna, la paridad y alternancia de género, la creación del distrito electoral de peruanos residentes en el exterior, el financiamiento de los partidos políticos, y el impedimento de postular a los condenados en primera instancia.

Cambios en las reglas de juego cuya finalidad, por lo menos en el papel, se hicieron para mejorar el sistema de elección, fortalecer los partidos políticos, y como consecuencia, tener mejores candidatos y por consiguiente mejores autoridades.

Pero como los peruanos somos bien palomillas, siempre terminamos sacándole la vuelta a la norma, y la acomodamos a nuestros intereses y necesidades. Se supone que la obligación de ser militante de un partido para poder ser candidato se aprobó para evitar los tristemente famosos vientres de alquiler. Partidos políticos con inscripción electoral vigente que lo alquilaban a quien quisiera ser candidato.

Pero no es que los vientres de alquiler hayan desaparecido, sino que a tono con los tiempos, se han reinventado. Ahora los vientres de alquiler vienen con certificado de nacimiento, y si quieres, tienes el bonus track del cambio de partida de bautizo del propio partido.

Te alquilo mi partido, pero eso sí, algún provecho tengo que sacar. Además te doy un acta de nacimiento para que sepan que eres de la casa y no tengas problemas con el policía de la esquina, y si te interesa, por un sencillo hasta le cambiamos el nombre al partido para que todos crean que hace años vives en esta casa, aunque sea prestadita nomás. Todo bien chicha, todos caminando por el otro sendero.

Todo, como siempre, hecho a la medida del candidato de turno. En los últimos días hemos sido testigos de entusiastas inscripciones en los partidos. Daniel Urresti en Podemos Perú, Hernando de Soto en Avanza País, Daniel Salaverry en Somos Perú, Máximo San Román en Contigo, Fernando Cillóniz en Todos por el Perú, Susel Paredes en el Partido Morado, entre otros nombres conocidos.

A muchos de ellos los hemos escuchado hablar de institucionalidad, de la necesidad de cambiar el país, del daño que nos hace la informalidad, de la urgencia de construir partidos políticos serios y con propuestas de largo plazo. Todo muy bonito, pero cuando se trata de pasar de la palabra a la acción, prefieren subirse a la combi asesina de la carretera central antes que al alimentador del metropolitano.

Faltan siete meses para las elecciones y este es sólo el comienzo de más de lo mismo. Muy similar al comienzo que vimos hace cinco años cuando Pedro Pablo Kuczynski lanzó su candidatura presidencial por Peruanos por el Kambio. Un partido que ahora se llama Contigo buscando que todos olviden el desastre en que se convirtió, donde la mayoría de las entusiastas figuras que impulsaron esa candidatura ya no están, que terminó con un presidente que renunció antes de que lo boten, otro que casi lo vacan, y que nos llevó a uno de los quinquenios más desastrosos de nuestra historia política del siglo XXI.

Una pena que no hayamos aprendido nada. Como el escorpión, parecemos un país condenado a morir inoculado por nuestro propio veneno.

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