Las protestas en Venezuela han estallado después de las elecciones presidenciales del domingo, con acusaciones de fraude a favor de Nicolás Maduro. En menos de 24 horas, al menos seis personas han muerto y cientos han sido detenidas. Las principales ciudades del país están paralizadas, con negocios cerrados, escaso transporte público y ciudadanos buscando provisiones ante el aumento de la violencia.
El gobierno de Maduro ha comenzado a reprimir las manifestaciones, con la detención del opositor Freddy Superlano y amenazas de arresto a María Corina Machado y Edmundo González, líderes de la oposición. La represión incluye denuncias de desapariciones y enfrentamientos con grupos paramilitares.
La comunidad internacional, incluyendo líderes de Estados Unidos, Brasil y México, ha instado a Maduro a ofrecer un escrutinio transparente. Sin embargo, el presidente no ha mostrado disposición para revisar el proceso electoral. La tensión en el país ha llevado al Centro Carter a retirar a sus observadores y a la aerolínea Copa a suspender sus operaciones, aumentando el riesgo de una crisis mayor.
El papel del ejército y las fuerzas de seguridad será crucial en los próximos días, con el ministro de Defensa prometiendo mantener la «paz» mientras el país enfrenta una creciente incertidumbre. [Con información de El País]