La historia del señor Ramón Ari Apaza, un adulto mayor de 80 años postrado y sin familia que lo cuide, pone en evidencia una preocupante realidad: el abandono de los adultos mayores en nuestra sociedad.
Natural de Puno y residente en Moquegua desde hace décadas, el señor Ari quedó completamente solo tras una intervención quirúrgica. Su caso solo ha encontrado respuesta en la solidaridad de dos vecinas, María Huamán Reyes y Lidia Villanueva, quienes asumieron voluntariamente la carga de su cuidado diario, ante la indiferencia de sus familiares y la inacción de entidades responsables.
“Es una gran responsabilidad. Pensé en dejarlo, pero luego soñaba con él. Me dije que algún día me podría tocar a mí”, expresó una de sus cuidadoras, dejando entrever el peso emocional y físico que implica este tipo de situaciones cuando el Estado y la familia fallan.
Las vecinas, piden apoyo solidario a la ciudadanía, quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través de Yape al número 961-614708, a nombre de María Huamán.